El tema se mudó al Deliberante, casi inútilmente
Más vueltas políticas postergan necesario contrato entre EPAS y Municipio
El EPAS presentó el borrador del contrato en el Deliberante. Pero es el Ejecutivo el que lo tiene que firmar y poner las condiciones. El oficialismo municipal dice que el MPN "hace circo" con el tema.El juego político chicanero alrededor de un tema que en realidad es grave y no admite dilaciones se sigue practicando entre el gobierno de Omar Gutiérrez y el de Horacio Quiroga. El tema es el del contrato de concesión para el servicio de agua y saneamiento, algo que en cualquier civilización que se precie de tal debería ser condición sine qua non para concretarlo, pero que en la capital neuquina se mantiene en un nivel pre-capitalista, casi feudal.
El viernes, el gobierno provincial protagonizó otra jugada netamente política y sin peso legal ni institucional. Mauro Millán, el presidente del EPAS, llevó copias del documento todavía no firmado con los términos del contrato de concesión, que todavía no están acordados plenamente, al Deliberante.
La intención, un poco ingenua, fue que los concejales “tomaran conocimiento” de los detalles que se han escrito allí, para formalizar un servicio que hasta ahora, pese a estar enterrado, ha estado en el aire. Fue una anticipación con intención política de presionar al Ejecutivo municipal, ya que el contrato primero debe ser firmado entre el poder concedente (el gobierno de Quiroga) y el concesionario (el EPAS de Millán bajo la autoridad de Gutiérrez).
El documento ingresó por mesa de Entradas del Deliberante. A las pocas horas, hubo una declaración previsible, en este caso del presidente del bloque oficialista Cambiemos, Mario Lara, asumido en ese cargo el pasado 10 de diciembre y debutante en las lides concejeras. “Al concejal (Alejandro) Nicola y a las autoridades del EPAS les encanta hacer circo, en vez de ocuparse de arreglar las graves falencias que presenta el servicio de agua y saneamiento en la ciudad y que padecemos todos los vecinos”, dijo.
En definitiva, el borrador de contrato seguirá como tal hasta que el intendente Horacio Quiroga anuncie su acuerdo pleno y entonces se firme. Hasta que eso ocurra, todas estas movidas son parte del juego político chicanero, en un tema tan viejo como preocupante, en una ciudad que derrocha millones de metros cúbicos de agua potable y derrama líquidos de cloacas contaminantes por doquier, como si eso importara menos que ver quién gana.