Del dolor al amor sin escalas

Hoy se cumplieron siete años del derrumbe  del techo del  supermercado de la Cooperativa Obrera, ubicado en Godoy y Ortega y Gasset. La fecha también es el aniversario de la muerte de siete víctimas fatales e inocentes.

Entre esas víctimas se encontraban tres miembros de una misma familia: Fedra Yánez, de 18 años, y sus sobrinitos Tiago y Juan de tres y cinco años.

El inmenso dolor que causaron esas pérdidas, llevaron a los padres de Fedra, Claudio y Myrna a “reinventarse” para poder seguir con sus vidas y la de su hijo Maxi. La forma que encontraron fue pasar del dolor al amor casi sin escalas, cumpliendo un deseo de vida de la hija que partió abruptamente.

Dos años después de la tragedia, con mucho trabajo de planificación y gestión nació la "Fundación Fedra ", que hoy celebra cinco años de vida. Cinco años dedicados a contener a pequeños judicializados, que por diversos motivos fueron separados de sus familias biológicas, en algunos casos para revincularlos lentamente y en otros para derivar en adopciones.

La fundación atiende hoy a 24 niños que, en este presente, van desde los 3 meses a los 12 años. 

La familia Yáñez abandonó su casa propia para convertirla en uno de los hogares donde habitan hoy 9 pequeños ,mayores de cinco años, y alquiló otra cómoda vivienda donde cobijan a los restantes 14, todos menores de esa edad.

Con mucho esfuerzo económico, prácticamente propio, sostienen a los pequeños y el alquiler. Una inversión estimada en 180 mil pesos mensuales. Las 37 personas de un equipo interdisciplinario que trabajan allí son solventadas con salarios de la provincia.

Las dos viviendas donde habitan los pequeños no tienen ningún tipo de identificación, simplemente porque un día que intentaron pintar un logo  los chicos preguntaron ¿ esto no es una casa ?  Esa ingenua observación alcanzó para decidir que ese era el deseo y necesidad de los chicos: tener una casa igual a la de cualquiera, sin ningún cartel que los revictimice. Y así fue y será.

El deseo de Fedra, la adolescente de 18 años que soñaba con ser directora de cine y llegar a  Hollywood,  que dejó autógrafos firmados “porque después no voy a tener tiempo porque voy a ser famosa”, se convirtió en realidad. Fedra es famosa, y si bien no llegó a la meca del cine, llegó al corazón de decenas de pequeños vulnerados que lo único que piden es amor.

 Y lo tienen , a través del legado que sus padres y hermano supieron interpretar y transformar en realidad.

Como único acto para rememorar y a la vez celebrar , a la noche en el Cine Teatro Español, estaba previsto proyectar un documental, y junto con ello, recolectar leche larga vida para donar a algún merendero, porque el amor extiende su solidaridad en otros aún más necesitados.

Quienes deseen colaborar, pueden contactarse a través de la página www.fundacionfedra.org