Este jueves el CONICET informó que un grupo de investigadores halló 32 huellas "largas o patinadas" que tienen 130 millones de años de antigüedad y que corresponden a dinosaurios saurópodos. El lugar del descubrimiento fue al noroeste de la provincia neuquina, más precisamente en el Cerro Rayoso, ubicado al este de la Ruta 40 entre las ciudades de Chos Malal y Las Lajas, y próximo al río Neuquén.
Los saurópodos fue un grupo muy diverso de dinosaurios herbívoros que llegaron a ser de los vertebrados terrestres más grandes que hayan existido y dominaron los ecosistemas terrestres durante un lapso mayor a 140 millones de años, lo que corresponde a casi toda la era mesozoica. Se estima que podrían haber alcanzado los 40 metros de longitud y un peso de unas 70 toneladas
Arturo Heredia, uno de los investigadores, dio más detalles del hallazgo. "En este trabajo estudiamos en detalle una superficie con numerosas huellas, algunas en forma de medialuna y otras alargadas que hemos interpretado como patinadas de dinosaurios saurópodos producidas al lado de un canal de marea. En esa época el mar llegaba a territorios que hoy se ubican en la provincia de Neuquén", afirmó.
En el informe publicado por el CONICET, se detalla que "se identificaron 23 huellas, muchas de las cuales son elongadas con una relación entre largo y ancho de la huella mayor a dos (considerablemente más largas que anchas) y las que son de mayor tamaño tienen unos 42 centímetros (cm) de longitud y 18 cm de ancho. “La mayoría de las huellas desarrollaron ‘rebabas’ que son los rebordes que se forman cuando se desplaza el sedimento hacia los costados del pie del productor de la huella, de manera similar a los rebordes que se forman cuando caminamos sobre el barro".
El grupo de investigadores que hicieron el descubrimiento afirmaron que los saurópodos pisotearon una superficie resbaladiza cubierta por un tapete microbiano que a su vez habría favorecido la preservación de las huellas. Estas superficies son resistentes gracias a la cobertura microbiana que permiten soportar muy bien el peso de animales que de otra manera dejarían huellas más profundas y son las responsables de generar las patinadas, explicaron.
Fuente: CONICET