Este insólito episodio ocurrió en la localidad rionegrina de Río Colorado. Un sujeto, cuyo nombre no trascendió, golpeó la puerta en la casa de su vecina. Cuando ella salió le dijo: “Hace rato te estoy mirando” y lo que siguió después la dejó helada: le ofreció dinero a cambio de relaciones sexuales. Entre sorprendida y asustada, ella intentó cerrar la puerta, pero él buscó impedírselo. Luego del breve forcejeo lo echó, cerró con llave y pidió ayuda por teléfono. Poco después llegaron la dueña del complejo de departamentos y la madre de la joven. Para entonces el susto ya había mutado en indignación; y el sujeto este, de unos 40 años, negó los hechos.
Hubo una denuncia policial y otra judicial. Luego, la jueza de Paz Daniela Alberdile le endilgó acoso callejero y, en función de eso, lo condenó a aportar dinero a una escuela de fútbol femenino y a realizar una capacitación sobre perspectiva de género.
Después de haberle impuesto la prohibición de ejercer cualquier acto molesto o perturbador hacia la mujer, la jueza lo convocó a una audiencia. El hombre declaró estar cumpliendo las medidas preventivas y se comprometió a mudarse de domicilio a la brevedad. Si bien dijo que “no recordaba” el episodio, tampoco negó haber cometido el acoso.
Como reflexión, la jueza de Paz citó a la escritora y politóloga feminista María Florencia Freijo: “El acoso sexual se expresa de un modo diverso, a través de chistes, piropos, conversaciones de contenido sexual, miradas, gestos lascivos, muecas, llamadas telefónicas, presiones para salir o invitaciones sexuales, manoseos, acorralamientos, presiones físicas o psíquicas para tener relaciones sexuales, etcétera. La carga mental que sostenemos las mujeres requiere el esfuerzo de evaluar cada acercamiento, para protegerse y evitarlo”.
“Estas situaciones que las mujeres viven a diario ponen sobre la mesa el nivel de desigualdad que aún vivimos, el beneplácito y la tolerancia de conductas que no pueden ser adjetivadas de otra forma que no sea un liso y llano acoso sexual”, concluyó la jueza.
La sanción que impuso la jueza de Paz tuvo dos ejes. Por un lado, el hombre deberá pagar una multa cercana a los 35.000 pesos, destinada a la escuela de fútbol infantil femenino del Club Atlético Defensores de Buena Parada, de Río Colorado. Por el otro, deberá realizar un curso virtual sobre “Masculinidades, relación de poder y cambio social” que brinda el área de Género y Diversidad del gobierno de Río Negro y tendrá un mes de plazo para presentar el certificado de evaluación y aprobación.