Las normas para transitar por calles, avenidas o rutas –urbanas o no– tienen reglas claras, sin embargo parece que la ley de la selva se impone en muchas ocasiones.
La estadística más actualizada marca que en estos diez meses y 12 días del 2024, Neuquén acumula la tristísima cifra de 48 muertos en accidentes de tránsito. Algunos siniestros hasta insólitos, como el choque de dos motos en una esquina, con una víctima fatal, o la muerte de peatones por diversas circunstancias.
Dicen desde el municipio, que la llegada de las fotomultas redujeron las infracciones y, en consecuencia, la posibilidad de que se produzcan nuevos accidentes. Sin embargo, en corredores más veloces, se multiplicaron.
La avenida Mosconi nos dejó en este último tiempo noticias espeluznantes. Una madrugada cualquiera, un automovilista que circula con excesiva velocidad arrolla a un peatón distraído, lo mata al instante y hasta le amputa una extremidad. Una siesta cualquiera, una camioneta cuyo conductor no logra esquivar a una ciclista que cruza la avenida en compañía de su hijo, la mata. Alguien pasó con semáforo en rojo. Una mañana muy temprano, otro conductor no escucha una sirena y choca una ambulancia que vuelca, con consecuencias fatales. Y por supuesto numerosos accidentes sólo con daños materiales importantes.
Es bastante habitual escuchar a automovilistas quejarse de los ciclistas o motociclistas, y viceversa: "Pasan por cualquier lado", "Me encerró", "Me hizo caer", "abrió la puerta sin mirar y me tiró", y así muchas otras justificaciones habituales. Pero la verdad es que todos cometemos infracciones alguna vez.
Accidentes de tránsito en Neuquén: solo uno de cada cuatro ciclistas usa casco
Desde la organización no gubernamental Bien Argentino, suministraron a este medio información preocupante sobre la conducta vial de quienes usan bicicletas, quienes probablemente sean los más indefensos en esta selva.
Nos indican que "hay 3 fallecidos este año", lo que no sería una cifra alarmante, pero en cambio han comprobado que "el uso de casco que se ha observado es del 25% en Neuquén, en el uso urbano". Sin embargo, cuando se trata de competencias o uso de espacios recreativos de las ciudades de la Confluencia, el casco se utiliza en un 100%, por razones obvias de la actividad deportiva".
El dato que hay que tener en cuenta es que "en la ciudad hay un porcentaje alto, de alrededor del 60% que no respeta los semáforos. El uso de ciclovías y bicisendas es más alto en proximidad al microcentro, mientras que en la periferia ese porcentaje baja por falta de conectividad en algunos casos u otros por razones inexplicables, entendiendo que este sería el lugar seguro para desplazarse". Aunque las infracciones sobre dos ruedas se encuentran en el código local, es difícil infraccionar a un ciclista, sobre todo porque no tiene identificación posible.
No respetar los semáforos significa poner en riesgo a todo el mundo: al que va en bici, al que va en auto, en moto o el que camina que puede quedar involucrado involuntariamente en un accidente.
No sólo es respetar los semáforos y utilizar casco, sino también el chaleco refractario y las luces u ojos de gato en el rodado para circular cuando la luz natural es escasa. Y obviamente, olvidarse de los malabarismos de anticipación o de circulación por el medio de la calzada entre los vehículos, maniobra muy recurrente en los motociclistas para ganar tiempo. Tiempo que puede ser fatal.
Por su parte, los automovilistas también deben evitar maniobras de encierre u otras peligrosas para quienes transitan en rodados menores, que muchas veces cumpliendo todas las normas, se encuentran en situación de extremo peligro solo por una cuestión de tamaño y de indefensión ante una carrocería más robusta y consistente.
Los peatones, que muchas veces creen que las generales de la ley no les alcanza, también provocan accidentes más de una vez. Cruzar en cualquier lugar de la calle sin utilizar la senda peatonal, caminar mirando el celular, utilizando auriculares que no permiten escuchar una sirena, una bocina, pueden ser distracciones mortales, detalle que alcanza a cualquiera que maneje un vehículo: prohibido escuchar música fuerte o personalizada mientras se conduce, prohibido distraerse con el teléfono. Un segundo puede desatar una tragedia: lo comprobamos en las primeras horas de este sábado, en avenida Argentina y Leloir.
En síntesis: las normas de tránsito abarcan a todos los que salgan a la calle en cualquier vehículo, o a pie. La ley rige por igual para todos. Absolutamente todos somos responsables de lo que ocurre en la vía pública.
Provocar muertes, dejar a otro malherido, generar daños materiales, son consecuencias de un accionar negligente del que ninguno de nosotros está exento. Por lo tanto, disminuir o acrecentar las estadísticas de siniestros viales queda bajo nuestra responsabilidad, y en entender que no vivimos solos: la ciudad, las calles, las rutas, no existen solo para nosotros, sino que es un ámbito común donde rigen normas de convivencia, para protegernos y proteger al prójimo.
Solo entendiendo que no estamos en la selva, evitaremos convertirla en una.