Lo que comenzó como un debate televisivo terminó en un escándalo en vivo. Eduardo Feinmann echó del estudio de A24 a Isabel “Isa” González, dirigente estudiantil de Bariloche y actual presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA, tras un picante cruce al aire. La tensión fue escalando hasta que el periodista perdió la paciencia y decidió expulsarla, no sin antes tirarle una catarata de "educación", lo que para el polémico conductor le falta a la joven rionegrina.
Todo se dio en el marco de una mesa de debate en la que también participaba Iñaki Gutiérrez, joven libertario y ex encargado de las redes sociales del presidente Javier Milei. Pero el foco no estuvo en él, sino en el intenso contrapunto entre Feinmann y la estudiante rionegrina, quien no se dejó apabullar ni se quedó callada, pese a la evidente incomodidad del conductor.
El primer roce surgió apenas comenzó la charla. Feinmann abrió el juego con una chicana: “Me encanta que estés sentada a mi derecha”, le dijo a Isa con una sonrisa socarrona. La respuesta fue inmediata: “Un poco irónica la composición”, replicó la joven, marcando territorio desde el arranque.
A medida que avanzaba el programa, el intercambio fue subiendo de tono. Cuando debatían sobre los insultos del presidente Milei hacia dirigentes opositores, periodistas y referentes sociales, Feinmann intentó ordenar la discusión con una pregunta dirigida a Gutiérrez. Pero Isabel quiso intervenir para señalar que esos insultos no eran dichos al pasar, sino expresados “con la investidura presidencial”. Fue suficiente para que el periodista estallara.
“¿Hace falta que te metas en todo y seas tan maleducada?”, le reprochó, cortante, en tono de reto escolar. Isa no se achicó: “No soy maleducada, me meto cuando corresponde”, contestó firme. El conductor, molesto, subió la apuesta: “No corresponde porque las reglas las pongo yo acá”. Y ella respondió sin dudar: “Yo te las puedo discutir, quizás a vos no te parece por no estar de acuerdo”.
Fue el final. Con gesto adusto, Feinmann sentenció: “Te agradezco mucho Isabel, gracias por haber venido”. La echó. En vivo. Sin cortes ni filtros. Mientras la joven se retiraba del estudio, sin micrófono, aún se la oyó decir por lo bajo: “Ay Eduardo, si dijeras todas las cosas que pasan en este planeta sería otra la historia. Se dicen cosas muy recortadas”.
Feinmann intentó taparla subiendo la voz, y cerró el segmento con una frase que repitió como un mantra: “Cuántas cosas vas a tener que aprender, Isabel… Educación, sobre todas las cosas”. Dijo seis veces la palabra "educación", para rematar con un lapidario: “Maleducada”.
Isabel González es militante de Patria Grande, con una extensa trayectoria en el movimiento estudiantil de Bariloche y ahora en la UBA. Pese al destrato televisivo, se mantuvo firme en sus convicciones y se fue con la frente en alto. Las redes sociales estallaron con el video del momento y las posturas se polarizaron: algunos criticaron la actitud de Feinmann, otros defendieron su autoridad como conductor.
Más allá de las opiniones, el episodio dejó al descubierto algo más profundo: la incomodidad de ciertos sectores con voces jóvenes, críticas y organizadas, que no se alinean con los discursos hegemónicos. Esta vez, la grieta no fue solo ideológica, también fue generacional y de poder. Y se vio, en vivo, en el prime time de la televisión argentina.