Cada año, el calendario turístico de Las Grutas tiene un momento que nadie quiere perderse: la llegada de las ballenas al Golfo San Matías. Y el reloj ya está en macha. Desde hoy a octubre, la costa se convierte en palco privilegiado para ver a estos gigantes del mar de cerca.
Las salidas parten desde el balneario y se hacen en botes semirrígidos para unas diez personas. Eso hace que la experiencia sea más íntima y que uno sienta la magnitud de la ballena franca austral a pocos metros, cuando asoma la aleta o exhala formando una nube de vapor sobre el agua.
El paseo no es solo de ballenas. Delfines saltando, lobos marinos descansando, toninas overas y, con suerte, alguna orca, pueden sumarse al espectáculo. El mar abierto, el silencio y la brisa fría completan un combo que queda grabado en la memoria.
La aventura dura unas dos horas. Hay que ir bien abrigado porque el viento en alta mar corta, pero vale la pena. El tipo de embarcación es liviano y no molesta a los animales, lo que permite observarlos sin alterar su comportamiento.
En temporada alta, el avistaje cuesta 100 mil pesos para adultos y 50 mil pesos para menores de entre 3 y 11 años. Los menores de 3 no abonan. . Y para los que quieren más, muy cerca está el parque submarino: barcos hundidos que hoy son arrecifes llenos de vida, perfectos para bucear y sumar otra postal inolvidable del invierno en Las Grutas.