Tras meses de silencio y de negar todo, finalmente Lorena Villaverde habló. El mismo día que decidió quedarse en la Cámara de Diputados y retirar su pedido de renuncia, ante la imposibilidad de asumir como senadora. Aseguró que nunca estuvo presa por drogas, denunció un "ensañamiento mediático sin precedentes" y reveló detalles de un pasado judicial en Estados Unidos que, según ella, fue manipulado para demonizar su nombre.
Las declaraciones de la actual diputada por LLA surgieron tras la publicación en el Diario La Nación de una investigación realizada por Hugo Alconada Mon. Eligió hablar en Infobae, en vivo. La entrevista no fue casual. El revuelo institucional en torno a su banca de senadora la puso en el centro de la tormenta y esta vez eligió responder.
Villaverde fue categórica: "No es verdad que estuve presa por traficar cocaína". Con esa frase buscó derribar la versión más dañina que circula en su contra. Recordó que, siendo muy joven, se mudó a Estados Unidos tras la muerte de su padre (en un accidente aéreo en Choele Choel cuando se precipitó el ultraliviano que piloteaba hacia Las Grutas) y abrió una boutique. Allí, relató, vivió un episodio traumático: una redada policial en un estacionamiento donde había “muchísima gente” y donde quedó involucrada sin haber visto jamás una sustancia ilegal.
El proceso judicial en detalle
La diputada reconstruyó el caso con crudeza. Dijo que solo conocía al cubano Jesús Ferrer, quien la llevó a comprar ropa "como si fuera La Salada". En ese operativo, la acusaron de conspiración porque tenía consigo 12 mil dólares. "Nunca lo vi, nunca supe lo que pasaba", insistió. Según su testimonio, el jurado reconoció luego haber actuado mal y se realizó un nuevo juicio que terminó con su sobreseimiento. "Fue un momento desolador, me marcaron por ser latina", denunció, apuntando a un trasfondo de discriminación racial.
Villaverde también se defendió de las versiones que la relacionan con Fred Machado y Claudio Ciccarelli. "A Machado lo conocí en un evento en Río Negro, nunca más lo vi. Todos lo conocían y nadie sabía de lo que se lo acusaba", aclaró. Sobre Ciccarelli, lo definió como "un amigo militante del espacio". Enfatizó que jamás recibieron aportes privados para la campaña provincial. Tampoco habló de los más de 20 pasajes de diputados que usó Ciccarelli para volar desde Neuquén o Mendoza a Buenos Aires.
Otro frente que la legisladora abordó fue la denuncia por lavado en Comodoro Py. Según ella, todo comenzó tras su divorcio de un empresario energético (Carlos Marcelo Bauzas). "Me investigaron todo, me allanaron, hicieron artimañas para procesarme, con el fin de que renunciara a los bienes que me correspondían por el matrimonio. Mi exmarido impulsó la causa de lavado", disparó, en un relato que mezcla drama personal con batalla judicial.
El rechazo a la DEA y el futuro político
En el tramo final, Villaverde desmintió cualquier acuerdo con la DEA para regresar a Argentina. "Es muy fantasioso pensar eso. Si fuera real, no me haría una carrera política", sentenció. Y dejó abierta la posibilidad de abandonar la presidencia de La Libertad Avanza en Río Negro: "Lo único que me ha traído son problemas. Lo que más quiero es sanar este escarnio y defender mi honor".
La entrevista de Villaverde fue un verdadero contraataque mediático. Una maniobra calculada y con el visto bueno de la Casa Rosada, con un relato cargado de dramatismo, victimización y acusaciones contra la Justicia y los medios. ¿Y si todo lo que cuenta fue real, por qué lo negó tanto tiempo? La misma jugada que José Luis Espert, negar y luego admitir. Ahora su futuro político en el senado depende de la rosca de su partido en el nuevo Congreso.