Continúa la búsqueda de Cristian, el trabajador golondrina de Entre Ríos que intentó cruzar a nado el río Neuquén, a la altura de Contralmirante Cordero, y no logró llegar a la orilla neuquina. Este viernes, sumaron drones, tras la llegada de sus cuatro hermanos desde Paraná, quienes junto a su hijo, Daniel, supervisan las tareas, esperando un milagro, o al menos, el consuelo de dar con el cuerpo.
Según informó el Comisario Miguel Elifonso, de Contralmirante Cordero, los cuatro hermanos del hombre de 45 años que se perdió en las aguas del río Neuquén, llegaron este jueves y se apostaron a orillas del sector donde fue visto por última vez el trabajador que vino a la cosecha de la pera.
Desde este jueves, sumaron un drone que sobrevoló desde el punto cero, es decir donde ocurrió el siniestro acuático, unos 450 metros río abajo, y recorrió ambas costas, la de Río Negro, y la de Neuquén.
Este viernes incluyeron un segundo drone, y evaluaban cual sería la mejor ubicación para poder abarcar las zonas más inaccesibles del río Neuquén, cuyas riveras fueron avanzadas por la vegetación , sobre todo en los remansos, donde especulan, podría haberse enganchado el cuerpo del hombre de Entre Ríos.
"No hay más novedades que continuar con la búsqueda", expresó con pesar el Comisario de Contralmirante Cordero, Miguel Elifonso
El crudo relato de Daniel, el hijo de Cristian
Javier González, hijo de Cristian, recibió la noticia sobre su padre, que buscaba ganarse unos pesos extra y quiso cruzar el río para pedirle trabajo a los chacareros neuquinos, al otro lado de Contralmirante Cordero, sobre la costa neuquina, pero no logró llegar a la orilla. Ambos habían llegado a la región el 9 de enero, para trabajar en la cosecha de la pera.
En el tercer día de búsqueda, el joven de 25 años todavía espera un milagro o un consuelo, pero sobre todo, mucha angustia, sentado a la vera del río, sin despegar su mirada de las aguas.
"Le dije que no cruce pero el quería unos pesos para comer y no me hizo caso", expresó a la periodista regional, Daniela Luján, sobe el momento previo a tirarse al río junto a otros dos compañeros de trabajo.