El sistema de salud de Neuquén se encuentra en máxima alerta tras la sospecha de un caso de sarampión/rubéola en un menor de Senillosa y la confirmación de un caso de tos convulsa (coqueluche) en una niña de Plottier. Esta doble emergencia sanitaria generó una intensificación inmediata en los llamados oficiales a la población para iniciar o completar los esquemas de vacunación.
El caso de tos convulsa fue confirmado en una niña de 8 años de Plottier, luego de que los análisis de laboratorio detectaran la presencia de Bordetella pertussis. La niña había iniciado síntomas a fines de noviembre, incluyendo tos paroxística y vómitos.
La investigación epidemiológica reveló una situación preocupante: la menor y su hermano de 13 años (quien también presenta síntomas) no tienen registros de vacunas en el sistema oficial, y la madre confirmó que no están vacunados. Este dato subraya la vulnerabilidad de la familia y el riesgo para la comunidad. El equipo de salud inició el control de foco inmediato, brindando tratamiento y rastreando los contactos escolares.
Sospecha de sarampión en Senillosa
Paralelamente, se mantiene la alerta por la sospecha de sarampión/rubéola en un niño de 5 años de Senillosa. Aunque el menor cuenta con su esquema de vacunación completo, la investigación de contactos determinó que ambos padres tienen esquemas de vacunación incompletos o pendientes de inicio de la vacuna triple viral.
El rastreo abarca compañeros de jardín y de un centro deportivo, buscando evitar la propagación de una enfermedad altamente contagiosa y eliminada del país.
El sarampión es una enfermedad viral, altamente contagiosa, que puede presentarse en todas las edades y de manera grave, sobre todo, en niños y niñas menores de 5 años y personas malnutridas. Se transmite mediante gotas que se liberan por la nariz, boca, o garganta de una persona infectada y el virus puede persistir en el aire o sobre superficies hasta por 2 horas.
Las manifestaciones clínicas más frecuentes son: fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos. También puede presentarse de forma grave, sobre todo en menores de 5 años y personas malnutridas, con complicaciones respiratorias como neumonía y del sistema nervioso central como convulsiones, meningoencefalitis, ceguera, encefalomielitis postinfecciosa con retraso mental grave y trastornos degenerativos tardíos que no tienen tratamiento o incluso pueden causar la muerte.
Insisten en la vacunación
Ante la circulación de estas enfermedades, el ministerio de Salud de Neuquén insiste en que la vacunación es la herramienta más segura y eficaz para cortar la cadena de contagios y proteger a los grupos más vulnerables, como los lactantes y las personas con inmunidad disminuida.
Se reitera el llamado a la población a iniciar o completar el esquema de vacunación contra el sarampión, la rubéola y paperas (depende si es doble o triple viral), de acuerdo al Calendario Nacional de Vacunación.
El ministerio de Salud de la Nación establece que bebés de 6 a 11 meses que viajen a zonas de circulación de sarampión deben recibir una dosis de triple viral considerada “dosis cero” que no puede ser postergada (esto incluye protección contra sarampión, rubéola y paperas). Esta recomendación se aplica especialmente para personas que viajen a zonas endémicas, es decir donde haya circulación del virus. Una vez que el bebé cumpla 12 meses, debe recibir la dosis correspondiente del calendario nacional.
Tener el esquema completo de vacunación para prevenir tos convulsa con la triple bacteriana y la quíntuple o pentavalente. Durante la gestación (una dosis de triple bacteriana acelular en cada embarazo, a partir de la semana de 20 de gestación), a los 2, 4 y 6 meses (quíntuple o pentavalente, esquema primario), 15/18 meses (primer refuerzo de quíntuple o pentavalente), 4/5 años (triple bacteriana celular), y 10/11 (triple bacteriana acelular). También el personal de salud que atiende niños de hasta 12 meses de vida (triple bacteriana acelular)