Crean prendas para niños que crecen con ellos

Por Hernán Di Menna

Nuestra forma de vestir apenas ha cambiado en las últimas décadas, pese al avance tecnológico que hemos atravesado. Comparando todas las mini revoluciones casi constantes en materia de innovación en cada uno de los rubros, la moda es una de las que menos lo ha aprovechado. Esto genera un enorme atraso en materia de sustentabilidad ambiental.

Los niños en promedio triplican el peso y duplican la longitud que tenían al nacer durante su primer año de vida. Los bolsillos de los padres dan fe de esta problemática. También el planeta.

De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la industria de la moda es la segunda más contaminante. Anualmente, consume un aproximado de 93 billones de litros de agua, la cantidad suficiente para abastecer a cinco millones de personas. Esto equivale al 20% del derroche total de agua en el planeta.

Además, es la responsable de entre el 8% y 10% por ciento de las emisiones de carbono a nivel mundial, similar a la que genera toda la Unión Europea junta e incluso superior a la originada por todos los vuelos internacionales y transporte marítimo. Asimismo, el lavado de productos textiles deriva en aproximadamente 500 mil toneladas de microplásticos anuales en los océanos.

Con estos datos en la mano y a raíz de haber vivido una situación “incómoda” con su sobrino, un islandés residente en Inglaterra tuvo una gran idea. Ryan Mario Yasin, diseñador recientemente graduado en el Royal College of Art de Londres, fue a visitar a su hermana que acaba de traer al mundo a su primer hijo. La falta de tiempo debido a su trajinada vida hizo que ese encuentro demorara algunas semanas. Cuando llegó, ya no le servía la ropa que le había llevado de regalo por haber crecido “demasiado rápido”. Ahí le surgió la idea de enfocar su proyecto a la ropa infantil.

Luego de mucho esfuerzo e investigación, logró crear Petit Pli: Combinando tejidos con pliegues, elaborados con una mezcla de fibras sintéticas, que se estiran a lo alto y a lo ancho según van creciendo los niños y niñas. Tan fácil como tirar de la tela.

Cómo funciona esta tecnología

Durante sus estudios de Ingeniería Aeronáutica, Yasin trabajó con estructuras desplegables para satélites pequeños que contaban con paneles de fibra de carbono diseñados para doblarse en un espacio de hasta dos milímetros. Los conocimientos que estas estructuras le proporcionaron, junto con la técnica del origami, fueron la principal fuente de inspiración para crear la ropa infantil con la tecnología más avanzada del mundo.

La ropa de Petit Pli tiene un sistema de pliegues que le permiten estirarse de manera natural, adaptándose al cuerpo del niño durante sus saltos de crecimiento rápido. De este modo, la misma prenda puede ser utilizada por un niño desde los 4 meses hasta los 3 años, cubriendo el equivalente de siete tallas.

“Me di cuenta de que implementando esta tecnología en un tejido podía desarrollar ropa que creciese y durase más tiempo, y así tener un impacto positivo en la industria de la moda”, explicó a un medio español.

Comenzó hace poco más de 3 años, lanzando el primer producto: un pantalón y un jersey, impermeables y ultraligeros, fabricados con botellas recicladas, para niños de cero a cuatro años. Prendas capaces de desplegarse hasta siete talles, es decir, de estirarse sin perder su forma, adaptándose al crecimiento de un niño durante varios años. 

Actualmente, ya venden prendas también para adultos y accesorios como carteras y bolsos. “Que una oferta sea sostenible no significa que sea relevante. Para que lo sea, tiene que ser también práctica y atractiva. Puedes tener el producto más sostenible del mundo, pero, si nadie lo quiere, su relevancia será nula”, reflexiona Yasin, quien con su ingenio innovador y capacidad transformó con su marca, una necesidad en continuo crecimiento en una solución amigable con el medio ambiente.