Para los fanáticos y los que no lo son tanto, la experiencia de fútbol más grande y única del mundo se la puede vivir y disfrutar en un edificio de siete plantas ubicado en pleno corazón de la Puerta del Sol de Madrid, España. Allí, se puede encontrar Legends: The Home of Football (El hogar del fútbol), abierto desde junio de 2022, que celebra la pasión que une a millones de personas alrededor del mundo.
Ingresar al edificio de Carrera de San Jerónimo 2, es recorrer en forma cronológica la historia del fútbol, a través de la tecnología más avanzada pero al mismo tiempo contemplar camisetas, pelotas, trofeos y objetos historicos y raros que harán recordar, conmover y emocionar a los visitantes.
Ingresar y recorrer sus más de 4.000 metros cuadrados y observar esas más de 600 reliquias de los clubes y seleccionados más importantes del fútbol mundial, harán reconocer la importancia de este deporte como un hecho sociocultural.
En Legends todo tiene valor, todo emociona. Legends representa "la necesaria recuperación del patrimonio de la mayor pasión creada por la civilización humana: el fútbol”, se lee en uno de los paneles del museo. Un museo que está organizado geográficamente, según los torneos, y amenizado por experiencias inmersivas, interactivas y tecnológicas, para, por ejemplo, sentirse en las tribunas de los principales estadios del mundo, desde Wembley hasta La Bombonera y escuchar el cántico de sus aficionados.
Quién no se va a emocionar con observar las camisetas que vistieron Pelé, Cruyff, Maradona, Di Stefano, Bochini, Iniesta, Ronaldo, Messi en sus equipos y seleccionados; quién no se va a conmover con ver la camiseta que usó uno de los jugadores campeón de alguna Copa Libertadores o Intercontinental, Copa América, Copa del Mundo, Champions League. La colección recorre todas las competiciones internacionales más importantes y de manera completa como Eurocopa, Copa de África, Copa de Asia, Concacaf, Juegos Olímpicos, Confederaciones, Sudamericana, Recopa…
Quién no se va a emocionar con observar las camisetas que vistieron Pelé, Cruyff, Maradona, Di Stefano, Bochini, Iniesta, Ronaldo, Messi en sus equipos y seleccionados
Un factor que determina que cada visitante o aquel turista que está a miles de kilómetros de su ciudad, quiera permanecer durante varias horas en este templo del fútbol mundial es que logra retrotraerlo al pasado para rememorar dónde estaba y cómo celebró o cómo vivió la victoria o derrota de su equipo. Cómo no sentir todo eso cuando uno observa y contempla botines y balón originales utilizados en la final del Mundial 1930 que Uruguay le ganó a Argentina, la camseta de Pelé en el Brasil-Uruguay con la que ganó 3 a 1 en México 1970, la que Maradona se calzó en el Napoli cuando le ganó al Bayern Munich en el partido de ida de la semifinal de la Copa UEFA 1988-1989.
La de Mario Kempes en la final contra Holanda en el Mundial 1978, la camiseta blanca de Franz Beckembauer, capitán del seleccionado alemán del Mundial 1974 y la del arquero Iker Casillas con la que España conquistó la Copa del Mundo en Sudáfrica 2010, la de Zinedine Zidane de la Francia campeona del ‘98”, y la albiceleste de Maradona cuando se consagró campeón del mundo en el Estadio Azteca en la final contra Alemania en 1986. Y por qué no lagrimear un poco cuando se ve la 5 que José Luis “Tata” Brown agujereó para colgar el pulgar derecho y padecer menos la lesión que casi lo deja afuera de esa final contra Alemania.
Eso logra este templo futbolero que cada uno, sea del país que sea, se sumerja en su historia, en sus propias vivencias vinculadas al fútbol.
Cómo empezó todo
Reliquias, tesoros, mantos sagrados se despliegan en los siete pisos del edificio madrileño, que el argentino Marcelo Ordás comenzó a acopiar en su mente en el Estadio delle Alpi en Turín en 1990 cuando Argentina le ganó a Brasil con aquel memorable gol de Claudio Caniggia a los 36 minutos del segundo tiempo, tras un pase de Maradona.
Ordás tenía 18 años y gritó el gol y de la emoción se descompuso. Lo llevaron al vestuario de la selección nacional, se repuso y pudo saludar a los jugadores. No solo se llevó el saludo de los cracks sino también la ofrenda que Caniggia le hizo: su camiseta.
A partir de ese momento, con la consigna que el fútbol “no es todo, es lo único”, este coleccionista comenzó a coleccionar camisetas, botines, balones usados en los partidos y campeonatos y mundiales más importantes. Ordás es el presidente de Legends –que en sociedad con LaLiga española- fundó este templo futbolero con la sola finalidad de dar testimonio de la mayor pasión humana.
A través de la tecnología, las experiencias inmersivas permite al visitante sumergirse como nunca antes lo había hecho y sentido en el universo del fútbol mundial. Hay un espacio de Cine 4D que nos lleva a un viaje sensorial a la historia de los mundiales, visitando las sedes históricas de la Copa del Mundo. Los más jóvenes no pueden dejar de visitar la Game Area para disfrutar de la experiencia de juegos y hasta desafiarse en un partido al FIFA en Play Station 5.
Historia, emociones y tecnología
Nadie se saltea ningún espacio del museo, se lo recorre minuciosamente y la estadía en cada lugar se extiende varios minutos. Como también frente a las pantallas interactivas que muestra, por ejemplo, la historia de la donación que hizo el exfutbolista alemán Lothar Matthaus de la camiseta que lució Diego Maradona en la final del Mundial de México 1986 cuando la Selección Argentina se consagró campeona. Matthaus donó esa reliquia a Legends, "Esta reliquia tan importante va a tener un lugar perfecto en este museo. Maradona no ha sido sólo una leyenda muy grande del fútbol, creció una amistad entre nosotros. Era único, no cabe duda, en todo el mundo es reconocido Diego como leyenda”, explicó el alemán.
Legends es una visita obligada y, al mismo, tiempo única. Porque si la vida es eso que pasa entre Mundial y Mundial, precisamente esto se revive en este templo del fútbol.
Recorrer Legends también es adentrarse en la historia del siglo XX como por ejemplo al observar la camiseta del futbolista italo-uruguayo Michele Andreolo, saber que Italia campeón del Mundo en 1938 usó una camiseta negra que llevaba bordado , junto al escudo, un fascio, el manojo de espigas que se convirtió en el símbolo del Partido Fascista de Benito Mussolini.
Otro objeto que sobresale en la colección son los botines de Ernst Lehner, futbolista alemán, que llevaban la esvástica del Tercer Reich en el Mundial de Francia 1938. Esos botines, aclaró Ordás, no están por una cuestión ideológica sino por un rigor histórico. Es el tiempo en que Alemania era gobernada por Hitler y su selección nacional tenía en su camiseta la esvástica.
Un lugar que es una fábrica de pasión y de emoción como también una viaje a la vida de cada visitante porque cada uno va a encontrar esa felicidad “a la que sólo el mundo del fútbol nos puede teletransportar”.
En pleno corazón de Madrid se rinde un homenaje completo al mundo del fútbol en un viaje emocional que cautivará al visitante que lo hará viajar a esos momentos que recordará toda su vida.
“En la cancha de fútbol nuestro equipo puede ganar o perder. Acá van a ganar siempre porque ese recuerdo ligado directamente a nuestros corazones está garantizado”, explicó Ordás a quien Maradona definió como el guardián que se dedica a custodiar, a cuidar las camisetas de las leyendas que son, nada más y nada menos, las que transportan el ADN y el alma de los futbolistas.