La policía de la ciudad holandesa de Utrecht arrestó a un hombre por cometer un hurto en una tienda junto a su mascota, un loro agapornis, que en el momento de la detención estaba posado sobre el hombro del sospechoso. Ambos fueron trasladados a la Comisaría.
Como la estación policial no contaba con una jaula para aves, decidieron alojar al plumífero dentro de la celda junto a su dueño.
Durante el arresto el ave recibió una ración de comida: un sándwich y un vaso de agua.
El pájaro no fue interrogado y hasta donde se sabe, no es culpable de ningún cargo.
La televisión local cubrió los ojos del animal con una barra negra tal y como se hace para proteger la identidad de un detenido.