Camino a una nueva vida

El pasado sábado 7 de mayo las dos elefantas dejaron el Ecoparque de Mendoza para iniciar una travesía de 3.600 kms. hasta el paraíso que las espera en el Mato Grosso, un santuario único para su especie en América del Sur.

En un estudiado y aceitado operativo, los encargados de cambiarle la vida a madre e hija, las sacaron con una grúa de la fosa en la que vivían desde hace 50 años Pocha y Guillermina desde que nació hace 23 años para ubicarlas en un camión destinado al traslado.

Todo se realizó con mucha calma, con mucho amor dijo Mariana Caram, directora del organismo y como el vínculo se respeta, se decidió que ambas viajaran juntas y que durante el tiempo que durara el viaje, unos cinco días aproximadamente, estuvieran cerca, tranquilas y en contacto permanente.

El momento de la partida fue seguido por muchísima gente a través de las transmisiones  del SEB, de Proyecto ELE – Estrategias para la liberación de elefantes y la campaña de la Fundación Franz Weber.

Los preparativos llevaron bastante tiempo, no fue una tarea fácil. Primero se trabajó en un entrenamiento para que las elefantas entraran por propia voluntad a los contenedores que fueron construidos especialmente. Pesan alrededor de 5 toneladas, miden 5 metros de largo, 2 de ancho,  3,20 mts. de alto y fueron aprobados por SENASA . En el interior tienen cámaras que las monitorean en forma permanente para poder constatar su estado.

Gracias al trabajo de veterinarios y miembros del santuario que viajaron a Mendoza, se pudo iniciar el último tramo de los preparativos y el comienzo del traslado.

Verlas salir de la fosa fue una gran emoción, pero no faltaron inconvenientes con algunas personas que durante la travesía manifestaron su disconformidad al traslado, alegando que las elefantas eran argentinas y debían quedarse acá.

Pero finalmente el objetivo se logró luego de más de 4 años y gracias al trabajo binacional de muchas personas comprometidas en velar por los derechos de los animales.

Cada tres horas veterinarios y cuidadores las alimentaron con alfalfa seca, variedad de frutas y verduras y alimento balanceado.

El Santuario de Elefantes de Brasil tiene 1.500 has. de áreas  naturales, un bioma apropiado para la especie, recintos con matorrales y espacios abiertos cubiertos de vegetación . Se los alimenta con una dieta de excelencia  y se le brinda atención veterinaria  durante toda su vida.

El SEB es una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes en cautiverio en América Latina.

Allí las espera Mara, la elefanta africana que fue trasladada en mayo de 2020 desde el Ecoparque porteño, luego de ser explotada durante 50 años para el divertimento humano.

Ahora Pocha y Guillermina sabrán lo que significa ser parte de una manada.

Hasta la próxima.