La escena parecía sacada de un mal sueño, pero ocurrió en pleno club y frente a decenas de testigos. Jonathan Smith, mediocampista de Lamadrid en la Primera C, terminó en un quirófano después de haber sido atacado con una llave de auto que le quedó incrustada en la cabeza. Todo sucedió el miércoles por la noche, en medio de una violenta pelea durante un partido del torneo femenino Sub 16 en el que jugaba su hija, en Gimnasia y Esgrima de Villa España, en Berazategui.
La discusión entre padres y allegados escaló en cuestión de segundos hasta convertirse en una trifulca generalizada. En ese contexto, Smith recibió el ataque que le provocó una fractura de cráneo y una herida de extrema gravedad. Su hija también sufrió golpes y ambos tuvieron que ser trasladados al Hospital Evita Pueblo, desde donde el futbolista fue derivado al Hospital El Cruce de Florencio Varela para ser intervenido de urgencia.
Horas después, los médicos confirmaron que la operación fue exitosa y que, pese a la brutalidad del golpe, la llave no comprometió ninguna arteria ni vena principal. La imagen del objeto incrustado rápidamente se viralizó y expuso nuevamente el nivel de violencia que rodea a algunos eventos deportivos amateur.
El agresor, identificado como Gastón Omar Álvarez, fue detenido poco después. Según trascendió, tenía parte de la llave utilizada en el ataque y presentaba lesiones en su rostro producto de la pelea. La UFI N.º 3 pidió recaratular la causa como tentativa de homicidio, mientras continúa la investigación para determinar responsabilidades.
Smith, de 35 años y con paso por Berazategui e Ituzaingó, atraviesa ahora un proceso de recuperación y permanece bajo observación médica. El violento episodio vuelve a encender alarmas en torno a la falta de controles y a la creciente escalada de agresiones en el ámbito del fútbol formativo.