En Núñez ya empezaron a mirar hacia Europa con la misma pregunta que recorre los pasillos del Monumental: ¿y si el Diablito pega la vuelta? Claudio Echeverri, la joya que River vendió al Manchester City a comienzos de 2024, atraviesa un presente que suena a alerta. Primero tuvo escasos minutos en Inglaterra y ahora, pese a su cesión al Bayer Leverkusen en busca de rodaje, tampoco encontró el lugar que esperaba.
El chaqueño suma apenas un puñado de partidos en Alemania y, aunque fue titular en los últimos compromisos por Champions y Bundesliga, su participación sigue lejos de lo ideal. Ni el jugador ni el City están conformes con este escenario y por eso en Inglaterra ya evalúan interrumpir el préstamo. Una cláusula que permite activar el regreso anticipado si los minutos no aparecen podría ser el primer movimiento de una novela que recién empieza a tomar temperatura.
En River, mientras tanto, no disimulan la ilusión. El Millonario sabe que depende de una señal concreta desde Europa, pero también entiende que el deseo del futbolista puede inclinar la balanza. Echeverri dejó un par de mensajes sugerentes en redes sociales que encendieron las alarmas: extraña su tierra, extraña la camiseta y extraña un contexto donde se sentía protagonista.
El escenario reglamentario tampoco es un problema. La restricción de FIFA sobre los jugadores que pasan por tres clubes en una temporada no afecta al fútbol argentino, por lo que un eventual préstamo a River sería perfectamente viable. Solo hace falta que el City mueva una pieza y que el jugador dé ese guiño que en Núñez esperan casi con ansiedad.
Echeverri se marchó joven, con pocos partidos en Primera y una transferencia que dejó sensaciones encontradas entre los hinchas. Hoy, con River necesitado de desequilibrio, frescura y jerarquía en un momento futbolístico opaco, la posible vuelta del Diablito suena a tentación irresistible.