En el club más popular del país no hay margen para el error. Mucho menos para el escándalo. Y si hay algo que Cristian “Chanchi” Riquelme, hermano de Juan Román, ha sabido generar desde que se convirtió en una suerte de “mano derecha informal” en el poder de Boca Juniors, son situaciones incómodas, polémicas y absolutamente evitables que ya tienen al mundo Boca al borde del hartazgo.
Si bien nunca ocupó un cargo formal dentro del organigrama del club, el Chanchi fue ganando terreno a fuerza de cercanía con el presidente y de control sobre áreas sensibles, como la logística, la seguridad, las entradas y hasta los planteles. Lo que en un principio fue visto como “confianza de sangre”, hoy se volvió una piedra en el zapato que puede terminar costándole caro a Román, especialmente en un contexto de crisis deportiva, institucional y de cara a futuras elecciones.
A continuación, un repaso de los escándalos más graves protagonizados por el Chanchi Riquelme en su paso por el club. Un combo explosivo que no solo mancha la gestión, sino que expone los peligros de la informalidad y el nepotismo en la conducción de una institución gigante.
1. Las entradas “truchas” y los allanamientos judiciales
Todo comenzó a desbordarse cuando la Justicia ordenó allanamientos en el predio de Ezeiza y otras sedes del club, en el marco de una investigación por irregularidades en el reparto y reventa de entradas, principalmente en partidos clave de Copa Libertadores.
¿La sorpresa? En los operativos se encontraron cientos de tickets físicos escondidos, sin declarar, y listados con nombres que no figuraban en ningún padrón de socios ni trabajadores. ¿Quién manejaba esa operatoria? Según fuentes judiciales, el nombre que más se repetía entre los mencionados era el de Cristian Riquelme.
El escándalo es mayúsculo: un entramado que apunta a la reventa, el favoritismo político y la recaudación paralela en una institución que —paradójicamente— había prometido "volver a poner a Boca en manos de los socios".
2. La filtración de chats con una influencer: escándalo personal y exposición innecesaria
En julio, el Chanchi fue escrachado por una influencer en redes sociales, quien filtró chats íntimos y capturas en las que él le pedía “dedearla”, en un contexto que mezcla lo bizarro, lo patético y lo profundamente inapropiado para alguien vinculado al club.
El contenido, de carácter sexual y explícito, inundó redes sociales y portales de espectáculos, exponiendo a Boca —y especialmente a Román— a una marea de memes, burlas e indignación. Lo que podría haber quedado como un episodio privado, es hoy parte de la mochila de conflictos que arrastra la gestión.
3. El bochorno de las camisetas robadas: 70.000 unidades perdidas y el papelón internacional del equipo femenino
En abril, se destapó un escándalo comercial inédito en la historia del club: más de 70 mil camisetas oficiales Adidas desaparecieron misteriosamente del stock de Boca. El faltante, valuado en millones, generó un cimbronazo interno que terminó por explotar cuando se conoció el episodio más vergonzoso:El equipo femenino de Boca tuvo que disputar una competencia internacional vistiendo camisetas Nike compradas en La Salada.
El mundo del fútbol no tardó en reaccionar: entre indignación, memes y quejas de socias, jugadoras y dirigentes del fútbol femenino, el papelón fue total. ¿El responsable del área de utilería y logística? Una vez más, Chanchi Riquelme estaba señalado como el encargado informal del control de indumentaria.
4. Increpada a una periodista en pleno Mundial de Clubes
En el Mundial de Clubes 2025, Boca volvió a ser noticia, pero no por su desempeño deportivo. En la previa del partido ante Benfica, una periodista deportiva y socia del club fue increpada violentamente por el Chanchi en las inmediaciones del estadio donde se disputaba el partido.
El episodio quedó registrado en video: se lo ve al hermano del presidente elevando el tono, señalándola con el dedo y descalificándola verbalmente, mientras el entorno intentaba calmar la situación. El video se viralizó de inmediato y generó un repudio transversal, desde hinchas hasta agrupaciones feministas del club. En tanto la mujer elevo una denuncia penal en la justicia norteamericana, ya que el mundiol transcrurría en los Estados Unidos.
Román, lejos de tomar distancia, guardó silencio. Y ese silencio fue leído como aval.
5. El sueldo de 65 millones: ¿asesor o socio VIP?
La filtración más reciente —y posiblemente la más incendiaria a nivel político— fue la de su presunto sueldo: Chanchi Riquelme cobraría 65 millones de pesos anuales del club, una cifra sideral para un cargo no oficial, sin funciones claramente asignadas ni rendición pública. “¿Cuál es su contrato? ¿Qué tareas cumple? ¿Quién lo nombró?”, se preguntaron desde diversas agrupaciones internas del club.
El dato, nunca desmentido oficialmente, alimentó las sospechas de manejos oscuros y privilegios familiares, lo que daña no solo la imagen del presidente, sino la confianza en la transparencia de la gestión.
¿Hasta cuándo Román lo va a sostener?
El Chanchi Riquelme se convirtió en el talón de Aquiles de la gestión de su hermano. En una época donde la lupa está puesta sobre la ética, el profesionalismo y la transparencia, su figura representa exactamente lo contrario: opacidad, capricho, violencia y desprolijidad.
En lo futbolístico, Boca no encuentra el rumbo. En lo institucional, el desgaste es cada vez mayor. Y mientras Román intenta ordenar un barco que hace agua, la presencia de su hermano —con cada nuevo escándalo— lo hunde un poco más.
La pregunta que resuena en el corazón xeneize es inevitable: ¿Va a priorizar el club o los vínculos personales?
Porque si hay algo claro, es que la continuidad del Chanchi no solo incomoda: compromete el futuro político de Juan Román Riquelme.