El pasado lunes, Necaxa sufrió un duro golpe en Aguascalientes. La goleada 3-0 ante Xolos de Tijuana no solo dejó al equipo en caída libre, sino que convirtió a su entrenador, Fernando Gago, en el blanco de la furia de los hinchas.
El exmediocampista de la Selección argentina, conocido como “Pintita”, se retiró del estadio entre silbidos, insultos y una botella que cayó peligrosamente cerca de su persona, un hecho que encendió la polémica en el fútbol mexicano.
El partido tuvo todos los condimentos de un desastre: Xolos terminó con dos jugadores menos, pero la superioridad de Necaxa no se tradujo en juego ni goles. La derrota se sumó a una racha negativa del equipo: solo un triunfo en los últimos siete partidos, dos empates y cerca de 300 minutos sin marcar.
En conferencia de prensa, Gago asumió responsabilidades: “Soy el máximo responsable”. Reconoció la dificultad de manejar un equipo desajustado, con jugadores que parecen haber perdido confianza y se mostró preocupado por la adaptación de su planteo táctico.
“Hemos intentado implementar nuestro estilo, pero con un hombre menos se complica, y con dos expulsados es imposible”, explicó Gago, en referencia a las rojas recibidas por Ricardo Monreal a los 16 minutos y Díber Cambindo a los seis del segundo tiempo.
El exDT de Boca, Aldosivi y Racing busca herramientas para recuperar al equipo, pero la tensión es evidente. Juárez, Puebla y Chivas son los próximos rivales, y la directiva ya analiza el desempeño del plantel y del entrenador: si los resultados no llegan, la salida de Gago podría ser inminente, según medios locales.
El regreso del equipo a la cancha promete ser caliente, con hinchas que no olvidan la humillación del lunes y un entrenador que deberá sortear la presión más intensa de su carrera en México.