La mano venía torcida y ni el empate sobre la hora en cancha de Banfield cambió el escenario. La dirigencia de Belgrano de Córdoba decidió echar a Walter Erviti luego de apenas cuatro partidos como entrenador del club. El propio director técnico había advertido lo complicado de la situación, pero estaba listo para seguir en su cargo. "No me pongo plazos", había dicho en conferencia de prensa, tras la derrota como local ante Independiente Rivadavia de Mendoza.
Sin embargo, en el Pirata los plazos sí existían y, al parecer, se extinguieron tras un nuevo encuentro sin sumar de a tres. Tal como informó el club en un comunicado oficial, la medida se basó en "no haber alcanzado los resultados previstos y con la convicción de anteponer a Belgrano por encima de cualquier nombre".
Fueron solamente cuatro los partidos en los que Erviti dirigió al Pirata. Sin embargo, ya en el tercero, en la goleada sufrida ante Independiente Rivadavia en Córdoba, la gente despidió al director técnico con insultos desde todos los costados de la cancha.
A pesar de haber rescatado un punto sobre la hora en el Sur, la situación no cambió. Belgrano siguió sin demostrar una evolución en su juego y, con solo dos puntos sobre 12 en juego, los dirigentes decidieron que el ciclo se había terminado.