Rafael Nadal ya no compite, pero su palabra sigue pesando. A poco más de un año de su retiro, el español reapareció públicamente y dejó una declaración que sacudió al mundo del tenis: aseguró que no se siente identificado con ninguno de los dos grandes dominadores del circuito actual, su compatriota Carlos Alcaraz y el italiano Jannik Sinner.
Luego de recibir el Premio Leyenda 2025, Nadal brindó una entrevista al diario As en la que habló de su nueva vida, lejos del vértigo de la competencia. “El tenis es una etapa que ya está cerrada”, afirmó con claridad, dejando en evidencia que su presente transita otros caminos, más ligados a lo personal y a su Academia que a la exigencia del tour profesional.
“El día a día es lo más importante. Siempre pensé que me iría bien después del retiro y que encontraría la felicidad personal en esta nueva etapa. Acepté la nueva vida y la disfruto”, explicó el ganador de 22 títulos de Grand Slam, quien también descartó cualquier regreso competitivo: el físico y la cabeza, según él mismo admitió, ya no están para volver a engancharse con la rutina de alto rendimiento.
El momento más llamativo de la entrevista llegó cuando le preguntaron con cuál de las estrellas actuales se sentía más identificado. La respuesta fue directa y sorprendió: “No me identifico con ninguno. Son jugadores distintos a lo que era yo”.
Sobre Alcaraz, Nadal analizó que “es más aleatorio”, con mayor margen de error y puntos espectaculares, aunque destacó su regularidad. “Ha tenido un año increíblemente sólido. Me hace gracia cuando dicen que es disperso: los resultados dicen lo contrario”, aclaró, marcando matices sin compararse.
En cuanto a Sinner, lo definió como “más metódico y centrado”, con un patrón de juego claro y una solidez que lo hace perder muy pocos partidos. Dos estilos diferentes, dos líderes del presente, pero ninguno en el que Rafa se vea reflejado.
Por último, dejó abierta una puerta romántica para el futuro: una posible gira de exhibición con Roger Federer. “¿Por qué no? No hay ninguna puerta cerrada, pero tendría que prepararme a conciencia”, deslizó.
Lejos de las canchas, Nadal observa el tenis desde otro lugar. Sin nostalgias exageradas, sin comparaciones forzadas y con una frase que resume su postura: el juego sigue, pero ya no le pertenece.