EDITORIAL

Que pase rápido

Desde hace mucho tiempo que la manipulación informativa forma parte del juego de la política pero de allí a convertirse en la razón de ser de ciertos medios es más una actitud sediciosa que una contribución al pluralismo que se le reclama al gobierno. Hay que saber separar la paja del trigo; hay que tener muy en claro que una cosa es criticar a un gobierno por sus vicios o desviaciones que sumarse al juego destructivo de ciertos intereses corporativos. Es preferible un mal gobierno de la democracia a ceder al juego perverso de las plutocracias.
sábado, 24 de enero de 2015 · 23:13
Ningún análisis de la política en cualquier lugar de la Argentina puede soslayar lo que ha ocurrido en la última semana. Desde el domingo pasado a esta parte se han descubierto nuevas cartas en el mundo del poder. La muerte del fiscal Alberto Nisman –sea un suicidio o un homicidio- ha corrido el velo de los secretos del poder. Un universo plagado de intrigas, intereses, corrupción, espionaje y donde la vida vale menos que una lata de sardinas. Allí también juegan los intereses del Estado pero es muy difícil separar el Estado del partido que gobierna sobre todo en una Argentina donde durante 23 años sobre 31 ha gobernado el peronismo en sus distintas variantes.
Y en ese escenario es donde la prensa que responde a los intereses más reaccionarios  ha montado un extraordinario operativo para que, sea cual sea el resultado de los peritajes que se hacen en el cadáver del fiscal y que serán determinantes para conocer lo que sucedió, la culpa la tenga el gobierno nacional. Desde ese conglomerado mediático/corporativo se trabaja intensamente para generar un clima hostil hacia el gobierno. En realidad no era necesario que ocurriera este hecho desgraciado para que se cargara sobre el gobierno. La agenda del año electoral tenía previsto que había que castigar al gobierno. 
Lejos de cualquier intención de analizar los porqué de la muerte de Nisman que están documentados en la investigación que lleva adelante la justicia argentina, es bueno tratar de entender el contexto donde se libra esta batalla por imponer un relato que perjudique al gobierno sin importar acaso lo que sucedió. Es entendible que la ciudadanía quiera saber qué pasó, es una demanda lógica como también es razonable que exija responsabilidades a quien gobierna pero de allí a que se llenen páginas y minutos de aire novelando sobre lo sucedido sin la menor intención de aportar claridad hay una enorme distancia.
Desde hace mucho tiempo que la manipulación informativa forma parte del juego de la política pero de allí a convertirse en la razón de ser de ciertos medios es más una actitud sediciosa que una contribución al pluralismo que se le reclama al gobierno. Hay que saber separar la paja del trigo; hay que tener muy en claro que una cosa es criticar a un gobierno por sus vicios o desviaciones que sumarse al juego destructivo de ciertos intereses corporativos. Es preferible un mal gobierno de la democracia a ceder al juego perverso de las plutocracias.
 El gobierno tiene enorme responsabilidad en el clima de fragmentación que se vive en la sociedad argentina y seguramente pagará el costo político de ello pero con la misma convicción hay que señalar que con la muerte del Fiscal Nisman al gobierno le tiraron un muerto.
Pago Chico   
Regresando de la situación política nacional a la provincia es notorio que el verano a cercado la participación política limitándola a los principales referentes de las fuerzas políticas. Es decir hay actividad pese al receso veraniego pero no hay acompañamiento popular, la gente esta entretenida en sus vacaciones y los dirigentes arman el menú que esa gente va consumir el resto del año. Que si se permite la digresión será un año corto en términos de decisiones ha a partir de este lunes serán 90 días corridos los que faltarán para que se elija el reemplazante de Jorge Sapag al frente del gobierno neuquino.
La fuerza gobernante ha demostrado cuanto ayuda tener el manejo del Estado en cuanto a lo que se refiere a la reproducción del poder. No estamos diciendo nada brillante ni novedoso, lo cierto es que el corrimiento de fecha ha dejado a la oposición a contrapierna al menos a la oposición que más urticaria le genera al gobierno: la que encabeza el intendente de Neuquén Pechi Quiroga. La fecha de abril ha sido una movida que lo sorprendió y hasta este domingo no ha definido quien será su acompañante en la formula. 
Por el lado del Frente para la Victoria tras los primeros gestos de rebeldía por parte de algunos cuadros y organizaciones que lo integran se ha digiriendo la decisión de imponer la candidatura de Ramón Rioseco sin elecciones internas. Y las señales comienzan a ser positivas, el estilo de campaña de Rioseco -entre artesanal al estilo de antes y de mucho contacto cara a cara- le reporta beneficios que sumados al trabajo de la estructura del FpV y el apoyo logístico que se baja desde el gobierno nacional le brindan un panorama de mucho optimismo. Son las primeras semanas de una campaña que exige ser rápido de reflejos y certeros pues si se comenten errores no hay tiempo para recuperarse de ellos. 
Las fuerzas mejor posicionadas han tenido tiempo de mostrar cómo piensan llegar al poder o que piensan hacer cuando lleguen al poder, pero en el medio hay un importante detalle que es el camino para lograrlo. A partir de estas horas comienza a definirse el esquema de alianzas políticas que cada uno llevará adelante y una vez conocidas tendremos un panorama completo. Por ahora nos quedamos con la idea de que quien tiene el poder del Estado juega con ventaja. Porque como decía un político italiano "el poder desgasta, pero más desgasta al que no lo tiene”.

M.E.G.



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