EDITORIAL

La octava decisión

En total 32.037.323 argentinos proclamarán al presidente de la República y vicepresidente; 24 senadores; 130 diputados; 11 gobernadores de provincias; 43 legisladores del Parlasur (parlamento del Mercosur) y miles de intendentes y concejales.
sábado, 24 de octubre de 2015 · 20:51
Este domingo los argentinos volvemos a las urnas para elegir una vez más en democracia y libertad a nuestros gobernantes. Es la octava vez desde el retorno de la democracia en 1983. Y es la primera vez en dos siglos que la democracia tiene tanta continuidad, como que ya es el sistema elegido definitivamente por los ciudadanos tras poco más de un siglo de instaurado el voto universal, secreto y obligatorio por medio ley Saenz Peña. Aquella ley instauró el voto masculino y respondió a una demanda de la época, lo que implicó otorgar mayor legitimidad a la elección de autoridades y permitiera el ingreso o la incorporación de un sector de la sociedad al manejo de los asuntos públicos, algo que estaba reservado para una élite social vinculada a intereses económicos dominantes en aquel entonces. 
Han pasado apenas 103 años desde entonces y los avatares políticos de la Argentina a lo largo del siglo XX nos ha dado como resultado un país que de tener un enorme potencial y de ser considerado un país desarrollado a encontrase en los peores rankings de mediciones de calidad institucional y descendiendo posiciones en los índices de desarrollo humano. La democracia de estos últimos 32 años ha logrado afianzar el sistema de libertades y consolidar la voluntad de los ciudadanos en las instituciones, aunque no logra mejorar la calidad de las instituciones y mantiene una ciudadanía de baja intensidad. Son los déficits que mantiene la joven democracia y las promesas reiteradas de los dirigentes y de los gobernantes sucumben ante la perversa realidad sin lograr cumplir los propósitos expuestos. Es una característica constante y permanente desde el retorno a la vida en libertad, tras siete años de dictadura que marcaron el rumbo definitivo de la Argentina en el siglo pasado.
Tras un largo año electoral este 25 se completa el cronograma de elecciones, En total 32.037.323 argentinos proclamarán al presidente de la República y vicepresidente; 24 senadores; 130 diputados; 11 gobernadores de provincias; 43 legisladores del Parlasur (parlamento del Mercosur) y miles de intendentes y concejales. De acuerdo a la información producida por la Dirección Nacional electoral el sufragio es obligatorio para los ciudadanos de 18 años a 70 años. Para los adolescentes de 16 a 18 años -875 mil jóvenes- y los mayores de 70, en cambio, es optativo. También pueden votar los reclusos procesados (sin condena) y los argentinos en el extranjero inscriptos en consulados.  Los candidatos son Daniel Scioli, y su compañero Carlos Zannini, del Frente para la Victoria; Mauricio Macri y Gabriela Michetti, del frente Cambiemos; Sergio Massa y Gustavo Sáenz, de Unidos por una Nueva Argentina, bastante por detrás, les siguen Margarita Stolbizer y Miguel Ángel Olaviaga, de Progresistas; Nicolás Del Caño y Myriam Bregman del Frente de Izquierda y Trabajadores, y Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso, de Compromiso Federal. En este orden es como lo presentan las encuestas.
También los datos estadísticos indican que el Congreso el Congreso renueva la mitad de escaños, un total de 130 bancas. Allí el kirchnerismo pone en juego su condición de primera minoría. El Senado cambia 24 escaños, un tercio del total, y el oficialismo podría retener la mayoría en la cámara alta. El distrito clave es la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, con su inmenso extrarradio en torno a la capital argentina más las ciudades y pueblos del interior. En total son 10.822.005 ciudadanos -37,5% del padrón- que ungirán a 23 senadores y 46 diputados. Es un territorio históricamente peronista. El segundo distrito en importancia es la Capital Federal, que elige a tres senadores y 12 diputados. Allí se desarrolló la principal batalla de campaña electoral. Los medios nacionales se encargaron de ampliarlo a todo el país, esta es otra de las deformaciones que ha padecido el país a lo largo de su historia: se proclama federal y se maneja como unitario. Otra de las grandes dicotomías de los argentinos.
La ley electoral establece que será consagrado vencedor el presidenciable que obtenga más del 45% de los votos o al menos 40% con una diferencia de diez puntos respecto al segundo. Si no, ambos deberán competir en una segunda vuelta o balotaje, el domingo 22 de noviembre. Hasta ahora Argentina siempre consagró a un presidente en la primera vuelta. Con estos antecedentes hoy los ciudadanos concurren a las urnas para consagrar o no a un nuevo presidente. 
Con todos sus males a cuesta la democracia argentina vuelve a elegir; dividida y enfrentada, con acusaciones cruzadas y con liderazgos débiles los argentinos votan una nueva ilusión. Los principales problemas para el desarrollo siguen estando ahí en frente de sus narices. Puede que el camino sea largo pero parece ser definitivo. Larga vida a la democracia.

 

M.E.G. 



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