EDITORIAL

Un gobierno y un Estado autoreferencial

La asunción del contador Omar Gutiérrez en el Poder Ejecutivo neuquino tiene como rasgo principal la continuidad de un proyecto político que encabezó hasta ahora Jorge Sapag, quien además continuará tutelando la política energética desde un lugar indeterminado pero con el peso de su impronta política.
domingo, 13 de diciembre de 2015 · 04:49
Llegó y pasó el esperado 10 del 12. La realidad emergente de las urnas comenzará a repartir sillones. "Nuevas ilusiones sucederán a las antiguas”, como dijera Mariano Moreno en el prólogo a "El Contrato Social” de Rousseau. Se ha vivido por estas horas la etapa más gestual y simbólica de la política, los juramentos con sus formulismos y sus invocaciones. Muchos habrán encontrado en esta jornada el momento culminante de su carrera política, otros estarán dando el regreso a casa, las dos caras de una misma moneda. 
El cambio reflejado en el triunfo de Mauricio Macri a nivel nacional aún no ha sido mensurado en toda su dimensión, y quien más asombrado parece estar es él mismo. Debe ahora pasar de las palabras a los hechos, ahora el cepo, las reservas, la inflación pasan de ser meras abstracciones discursivas para convertirse en abrasadoras responsabilidades cotidianas. Cada palabra, cada paso que se de en una u otra dirección tendrá un resultado que repercutirá en la vida de cada argentino. El cambio prometido el "se puede” sale a la cancha y debe imponer sus criterios transformándolo en políticas públicas. 
Un largo año de campaña ha finalizado y ahora es donde empieza a tallar fuerte el poder, es en esos instantes donde el peronismo comienza a mostrar su cara más perversa en la obstrucción del gobierno que no lo representa. Comenzamos a vivir una de las etapas más desafiantes de la democracia argentina. Las traumáticas experiencias de Raúl Alfonsín y de Fernando De la Rúa hablan por sí mismas de lo que ha sido el peronismo fuera del poder. Es el desafío que enfrenta el nuevo gobierno del ingeniero Mauricio Macri, es un desafío que nos incluye a todos los argentinos.
Nuevo gobierno, viejos problemas 
La asunción del contador Omar Gutiérrez en el Poder Ejecutivo neuquino tiene como rasgo principal la continuidad de un proyecto político que encabezó hasta ahora Jorge Sapag, quien además continuará tutelando la política energética desde un lugar indeterminado pero con el peso de su impronta política, un embajador sin cartera según alguna definición escuchada en el ámbito emepenista. Tal vez sea una forma de seguir estando en un área de energía donde ha acumulado mucha experiencia internacional y que en caso de que hubiera ganado Daniel Scioli la presidencia habría sido el principal referente. 
En la conformación del nuevo gabinete provincial se ve reflejado el estilo del nuevo mandatario. La conformación de un mix entre gente experimentada en la administración provincial y nuevas incorporaciones viene a ser un correlato  de lo que ha sido la renovación partidaria, viejas y nuevas figuras mezcladas para seguir con la historia del MPN.
Cuando aún faltan conocer las designaciones  para varios organismos la columna vertebral del gobierno ya tiene su forma y las principales ideas han comenzado a correr: estar cerca de la gente, el gobernador no bien asumió asistió a las asunciones de varios intendentes y sostuvo que los mandatarios municipales forman parte de su gabinete. 
Habló de la reforma política y sus colaboradores comenzaron a contactarse con las fuerzas políticas para iniciar una ronda de diálogo. La boleta única electrónica, unificación de fecha para las elecciones serán algunos de los temas a tratar.
El Instituto de Servicio de Seguridad Social de Neuquén y sus acuciantes problemas financieros es otra de las preocupaciones, la necesidad de una reforma está implícita en las palabras del nuevo ministro de Salud y Desarrollo Social, Ricardo Corradi quien anunció que no habrá ajuste para los trabajadores pero que sí cuando habló con los prestadores ya se pronunció que habrá que analizar las prestaciones integralmente y se verá cual se podrán sostener y cuales se deberán modificar.
La creación del ministerio de Ciudadanía responde a la necesidad de articular políticas entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil con la intención de estar cerca de las demandas ciudadanas, pero también de trabajar con los sectores juveniles en políticas de prevención y de inclusión social. El flagelo de la droga y la violencia en las urbanizaciones periféricas son realidades complejas que necesitan de la articulación de todos los actores sociales más allá de la tarea que impulsa el Estado. Sin implicancia de la sociedad civil la tarea se vuelve estéril.
Los problemas demográficos causados por las expectativas de la explotación de los no convencionales han convertido a Neuquén en una provincia receptora de decenas de miles de ciudadanos de otros puntos del país que llegan hasta aquí con la ilusión de construir su familia o de obtener un destino para ellas, lo que ha sobrealimentado la demanda en salud, en servicios sociales, en seguridad. Todo esto implica un fuerte impactó en los servicios que brinda el Estado.
Los problemas financieros que viene arrastrando la provincia tienen su origen en el gasto público y en las acreencias que mantiene con la nación fundamentalmente y se vieron incrementadas durante este año electoral -que no necesariamente coincide con el año calendario- y fueron justificadas por el mandatario saliente como el costo de paz social.
La relación con los gremios estatales también es un frente que tiene su complejidad y que requerirá mucho ingenio y voluntad política para la construcción de una nueva convivencia. Hasta aquí los gremios han hecho su aporte a la nueva gestión durante la campaña electoral cerrando acuerdos salariales antes de que se iniciara la competencia política y contribuyendo a la pacificación. Ahora esperan su compensación.

La reunión en Olivos parece anunciar un nuevo paradigma en la relación entre nación y provincias, al menos en la manifestación efectuada por el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio. La participación del gobernador Omar Gutiérrez en el contexto de esta nueva etapa marca un nuevo rumbo político en la administración neuquina. Ya no existe el alineamiento automático de la era K y comienza la etapa de sembrar confianza. La relación personal con Rogelio Frigerio es un buen auspicio para la provincia.   

M.E.G.



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