EDITORIAL

Gutiérrez puso en marcha el operativo reelección

Empieza el año clave en el proyecto personal del mandatario. En febrero se darían las señales concretas para las internas. La aprobación y el rechazo a los planes del oficialismo.
domingo, 24 de diciembre de 2017 · 18:42

El gobernador Omar Gutiérrez entrará al año clave de su historia política personal envuelto en el ropaje clásico ya para los mandatarios a mitad de gestión: una túnica engañosa que desde una cara le dice sí a la reelección, y con la otra la reduce a una expresión de deseos de terceros, que esgrimen la posibilidad, presuntamente sin la participación del interesado.

Pero más allá de lo que diga exactamente el mandatario (“No pienso en la reelección, pero algunos la están pidiendo”, según el diario La Mañana) en el MPN todos saben que es el plan A del gobierno, extender el “gutierrismo” cuatro años más.

Ese plan es tan alentado por algunos como enfrentado frontalmente por otros. Por empezar, el vicegobernador de la provincia, Rolando Figueroa, se ubica en este aspecto en la vereda de enfrente. El senador nacional, Guillermo Pereyra. La senadora nacional, Lucila Crexell. El ex gobernador, Jorge Sobisch. Todos responden casi con las mismas palabras: “si Gutiérrez quiere repetir, el MPN pierde la provincia”, se dice, en tono casi apocalíptico.

Con parte del coro a favor y parte en contra, es concreto que Gutiérrez buscará la posibilidad. Acaba de refrendarlo en las redes sociales uno de sus pocos hombres de confianza, el diputado y presidente de la Fundación del Banco Provincia, Pablo Bongiovani, reproduciendo un afiche que menciona esa campaña lanzada; y es probable que durante el verano comiencen a multiplicarse las cuestiones explícitas callejeras, que estuvieron guardadas en un garaje por el catastrófico resultado adverso de las últimas elecciones.

La integración del Gabinete provincial también es un indicio, pues el Gobernador tiene ahora un equipo que siente más cerca que el que pudo conformar –con Jorge Sapag al lado- en 2015. Los “nuevos” impondrán el “estilo Gutiérrez” (trabajo, sobre todo), y el sendero se intenta auspicioso en especial para tres integrantes del elenco, empezando por Juan Pablo Prezzoli, quien llevará la voz cantante en las relaciones políticas del gobierno, y siguiendo por Marisa Focarazzo, y Facundo López Raggi. En distintos niveles de acción, cada uno de ellos tiene la misión de aceitar eso que es vital para cualquier gobierno, que la gestión sea bien comunicada y fructifique su llegada a la comunidad.

Paralelamente, Gutiérrez buscará logros concretos, y para eso, enfatizará en lo que pueda conseguir el Estado promover desde el ámbito privado. Allí estará “el anclaje”, para usar un concepto de moda entre los estrategas intelectuales del Gobierno, en la “articulación” (otro concepto en boga) entre lo estatal y lo privado. No será la primera vez que enfatiza en esta vía el MPN, pero sí puede marcarse que otra vez, con esta variante de su amplio repertorio, el MPN gubernamental sintoniza con el gobierno nacional de turno. De hecho, en eso trabajará, desde un perfil más austero pero también con las manos más libres, el ex ministro José Brillo, quien ahora fue puesto a cargo de la Agencia de Desarrollo de Inversiones.

En lo partidario, el Gobernador es donde la tiene más complicada. Su concepción del poder es obsesiva por el lado de la confianza. Muy pocos participan de las decisiones estratégicas, pero es posible que el mes para largar fuerte todo, incluyendo las citas pertinentes para las actividades orgánicas, será febrero. Ese es el mes en que se sabrá, tal vez, de la convocatoria a la Junta de Gobierno y las primeras señales para las internas. El tema deberá ser charlado con Figueroa, quien preside la convención partidaria, y quien asumirá por propio riesgo, casi con seguridad, decisiones autónomas cada vez que pueda o le convenga.

Así, Gutiérrez y su gobierno buscarán la proyectada continuidad del modelo “renovado y modernizado” que se pretenderá instalar como fórmula para extender el reinado emepenista por otros cuatro años…los años en los que Vaca Muerta empezará a sentirse fuerte en la economía, según todas las proyecciones.

No será una tarea fácil, y habrá que ver con cuánta convicción se encara el tramo. Por ahora, lo que se ve es una ansiedad atropelladora, que le hace tropezar al propio oficialismo con trampas que se parecen al autoengaño.

Rubén Boggi

 

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