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Sábado 15 de Noviembre, Neuquén, Argentina
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Otra vez una puja con los gremios: ¿Quién maneja el dinero de los neuquinos?

La paritaria estatal y su relación con el presupuesto 2026, en tiempos de dualidades: por un lado el promisorio futuro, por el otro, el exigente y difícil presente.

Sabado, 15 de noviembre de 2025 a las 13:32
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En el Estado neuquino, siempre hay un conflicto esperando a la vuelta de la esquina, así que caminar un par de cuadras solamente puede presentar dificultades, necesidades de negociación, puja entre sectores, eventuales estallidos controlados. En estas realidades transcurre la coyuntura en la provincia, con una paritaria comenzada con el propósito de resolver ahora lo que vendrá el año que viene, pero con un nivel de dificultad más alto que el que se presentó el año pasado, porque la actualización automática por el índice de precios es cuestionada, de distinta manera, por los dos lados que se sientan a la mesa de la negociación.

El gobierno de Rolando Figueroa planteó un esquema de actualización salarial distinto, con porcentajes acordados ya, que no esperen lo que el IPC muestre; con la posibilidad, además, de revisarlo, en una fecha a consensuar, durante el 2026. Los gremios, y principalmente ATE, que mantiene su liderazgo en estas lides, exigen el IPC de mínima, y algo más porque no le creen a las estadísticas oficiales. Además, el sindicato que conduce Carlos Quintriqueo movió una de sus piezas favoritas, al plantear que se forme una mesa "técnica" que revise el presupuesto 2026 y presuntamente así se demuestre que habría dinero para satisfacer el reclamo salarial gremial.

El presupuesto 2026 está en la Legislatura, recién comienza a analizarse, y, en ese presupuesto, figura por supuesto la proyección de la masa salarial anual, pues la misma constituye el gasto corriente más importante que debe afrontar, inevitablemente, el Ejecutivo. La propuesta del gremio implicaría meter otras narices en la evaluación presupuestaria: las de los sindicalistas, que, de esta manera, por obra y gracia de vaya a saber quién, accederían al mismo rango que un representante del pueblo elegido para tales fines.

Lo que deslizó ATE -no es la primera vez que lo hace, en la historia neuquina- implica algo potencialmente peligroso, pues. ¿O no es un peligro que el dinero de los neuquinos sea administrado no solo por el gobierno elegido, sino también por sindicalistas?

Por otra parte, la negociación paritaria no incluye estas audacias. Cuando un trabajador negocia con su empleador, no se le abre el libro de las cuentas del capitalista; como así tampoco el dueño del capital se mete en la administración de las cuentas del sindicato. Las paritarias "libres", que tanto costó conseguir como un derecho de los trabajadores, son ni más ni menos que un mecanismo establecido, por ley, para que las partes puedan negociar, sin conflictos en el medio. Cada parte muestra las cartas que quiere, y como quiere, y la cuestión es, simplemente, ponerse de acuerdo, para que cada quien pueda seguir haciendo lo suyo, en las mejores condiciones posibles.

La pretendida fiscalización planteada por Quintriqueo del presupuesto 2026, es una trampa. El sindicato puede acceder al presupuesto, que no está guardado como un secreto. Pero no quiere eso: quiere llegar a la formalidad de una "mesa técnica", que, si se concediera, implicaría que, en el futuro, todos los presupuestos necesitarían no solo de la aprobación legislativa, sino de la sindical. 

Y los sindicatos no son un poder del Estado. Los sindicatos representan a los trabajadores (de un sector del total de los trabajadores), no a todos los ciudadanos. En cambio, el Ejecutivo administra (gobierna) para el conjunto; y el poder legislativo, legisla, y controla, también para el conjunto. No puede confundirse el concepto "sector" con el concepto "comunidad".

En los últimos años de gobiernos del MPN, los sindicatos estatales consiguieron tener un poder político inusitado, concedido presuntamente para mantener la "paz social" en medio de las dificultades del país. Fue la ejecución práctica de una enorme falacia: porque las dificultades se vencen con acciones en beneficio del bien común, no de un solo sector de la sociedad. Hoy, con Vaca Muerta avanzando y la gradual concretización de un posible estado de mayor bienestar en la sociedad neuquina, se torna imperioso no perder de vista al conjunto solo por la presión de una parte de ese conjunto.

 

 

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