¿Quiere recibir notificaciones de alertas?

Domingo 16 de Noviembre, Neuquén, Argentina
Logo Am2022
PUBLICIDAD

Trump acelera contra Venezuela pero mide riesgos

La llegada del portaaviones Gerald Ford eleva la tensión al máximo pero Trump evita cruzar la línea que lo obligaría a una intervención militar directa contra Maduro.

Domingo, 16 de noviembre de 2025 a las 09:41
PUBLICIDAD

Donald Trump anunció hace horas que ya sabe qué hará con Venezuela. Poco antes se había reunido con el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el alto mando militar estadounidense. La llegada del portaaviones USS Gerald Ford a la región marca un punto de inflexión en la guerra contra el narcotráfico que Washington inició hace dos meses y medio con un saldo de alrededor de 80 muertos en aguas del Caribe y el Pacífico Oriental. Las operaciones militares podrían ahora trasladarse a territorio venezolano, persiguiendo lo que muchos creen es el verdadero objetivo de Trump: expulsar a Nicolás Maduro del poder. Se trata de una decisión que podría cambiar el destino de la dictadura chavista y de millones de venezolanos, e impactar inevitablemente en toda América Latina.

Fue Hegseth quien anunció esta semana el inicio de una nueva fase de la operación antinarcóticos bajo el nombre Operación Lanza del Sur. "Esta misión defiende nuestra patria, elimina a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y protege a nuestro país de las drogas que matan a nuestra gente", declaró. También dejó claro que América Latina se convirtió en una preocupación central de la Administración Trump: "El Hemisferio Occidental es el vecindario de Estados Unidos, y lo protegeremos". Quien mencionó explícitamente a Maduro fue Marco Rubio, secretario de Estado y principal ejecutor de esta estrategia militar en el Caribe, al recordar que Venezuela está gobernada por "una organización con estructura criminal".

Las declaraciones de estos altos funcionarios se respaldan en hechos concretos. El impactante despliegue militar no deja dudas sobre la profundización de las operaciones contra el narcotráfico. Pero lo que aún no está claro es si esta "segunda fase", así denominada por el propio Trump, tiene como objetivo final derrocar a Maduro. El dictador venezolano está convencido de que Trump lo intentará. Por eso no hay día que pase en el que no exacerbe su discurso nacionalista denunciando la “escalada belicista” de Washington. Pero no son solo palabras: Maduro movilizó a sus fuerzas armadas, a sus milicias y a escuadrones civiles por todo el país.

La Administración Trump considera a Maduro el líder de una organización criminal y, por ende, más un objetivo legítimo en la guerra contra el terrorismo que el presidente de un país. Sin embargo, no está claro hasta dónde se animará a llegar Trump. Si su objetivo principal es frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, deberá mostrar resultados concretos que justifiquen este inédito y costoso operativo militar: el presidente ordenó movilizar alrededor del 20% de la fuerza naval estadounidense desplegada globalmente (mantener al Gerald Ford en operaciones cuesta más de 8 millones de dólares diarios). La ambigüedad que mantiene para no declarar abiertamente que busca derrocar a Maduro no es casual: una vez que lo verbalice, no tendrá otra alternativa que intervenir militarmente en Venezuela, sacar o eliminar al dictador, y evitar que el país caiga en el caos, algo que generalmente ocurre cuando se invaden países para cambiar regímenes. A Maduro le bastará con mantenerse en el poder para proclamar que derrotó a la principal potencia militar del planeta.

Trump arriesga mucho en Venezuela. Si acelera, no solo tendrá que explicarles a los demócratas por qué sigue usando la fuerza militar sin autorización del Congreso, sino que su propio núcleo duro de apoyo lo cuestionará, como ya lo hizo cuando intervino en Irán, por iniciar una guerra costeada con los impuestos de los ciudadanos estadounidenses cuando él había prometido exactamente lo contrario bajo su presidencia. Por otra parte, tampoco puede quedarse en el discurso y entregarle una victoria simbólica a Maduro. Por eso todo indica que esta “fase dos”, más allá de las expectativas y las declaraciones estruendosas de algunos funcionarios busque seguir haciendo lo mismo pero con más intensidad: a través de ataques selectivos contra quienes sostienen a Maduro (altos mandos militares, jefes de inteligencia, empresarios clave) debilitar y aislar al dictador para forzarlo a abandonar el poder.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD