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Domingo 12 de Octubre, Neuquén, Argentina
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Qué fue de la vida de Calu Rivero después de alejarse de su profesión

Desde hace años que Calu Rivero decidió darle un cambio brusco a su vida, por lo que se conoció cómo está hoy y cómo pasa sus días.

Por Redacción

Domingo, 12 de octubre de 2025 a las 17:18
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Alejada de los sets, los flashes y el vértigo de la televisión, Calu Rivero eligió hace tiempo un camino distinto. Mientras muchas figuras de su generación siguieron apostando a la exposición, ella hizo el movimiento opuesto: bajó el ruido, se fue del país y encontró otra manera de estar. En su caso, la fama dio paso a la introspección, y la búsqueda artística mutó en una vida más consciente, natural y serena.

Después de pasar varios años viviendo en Nueva York, donde atravesó una etapa personal marcada por la pandemia y la necesidad de reconectar con su esencia, Calu Rivero decidió alejarse por completo de la actuación. Esa pausa se transformó en una elección definitiva: se instaló en Uruguay junto a su pareja, Aíto de la Rúa, con quien formó una familia y tuvo a sus dos hijos, Tao y Bee. Desde entonces, su vida se volvió casi otro idioma.

En ese país, la actriz argentina —ahora mucho más enfocada en su bienestar que en la industria— habita una casa que resume su filosofía: paredes de madera, ventanales abiertos al campo y la premisa de vivir con lo justo. Allí no abundan las pantallas ni los lujos, pero sí el silencio, los árboles y una rutina sin apuro. Calu suele describir ese entorno como su refugio espiritual: un lugar donde puede ver crecer a sus hijos rodeados de naturaleza y de calma.

Su día a día transcurre entre caminatas descalza, música, mates y un estilo de vida que ella misma llama “consciente”. Lejos de los personajes y los rodajes, encontró placer en la simpleza y en la conexión con la tierra. En más de una oportunidad, reflexionó sobre la necesidad de desacelerar: “Vivir en modo lento me cambió la piel. Aprendí a escuchar el cuerpo y el ritmo de mis hijos”, escribió en una publicación meses atrás.

Sin embargo, hace pocos días Calu Rivero volvió a Nueva York, esta vez de vacaciones, y su regreso no pasó inadvertido. Lo hizo acompañada por Tao y Bee, los dos niños que hoy son el centro de su universo. En redes compartió una bitácora visual del viaje: videos de los chicos bailando, caminatas por Central Park, paseos en barco y algunas postales cargadas de nostalgia. Fue en esa misma ciudad donde años atrás vivió su gran transformación, y regresar con sus hijos tuvo para ella un sentido casi simbólico.

“Viví tres años en esta ciudad. Volver ahora, con mis dos hijos, es otro plano: el mismo mapa, pero con otra mirada. Todo cambia, todo se mueve, todo respira distinto”, escribió Calu junto a una de las fotos del viaje. Su texto resumió, sin quererlo, su propio proceso: la actriz que se fue a buscar respuestas regresó a ese punto de partida convertida en madre, con otra energía y otro tipo de libertad.

A lo largo de la travesía, reflexionó también sobre lo que implica viajar con niños y la forma en que ellos aprenden del movimiento: “Lo que se graba en sus cuerpos no tiene precio, ninguna escuela lo enseña”, expresó en uno de sus posteos más celebrados. Sus seguidores se emocionaron con esa idea de aprendizaje fuera de las aulas, a través de las experiencias y la curiosidad.

Hoy, su historia personal se parece a un círculo que se cierra: la mujer que alguna vez quiso perderse para encontrarse volvió al lugar donde comenzó esa búsqueda, pero ya no está sola ni necesita respuestas urgentes. Su nueva versión elige la calma, el vínculo y la presencia. Como ella misma escribió en su despedida del viaje: “Me gusta esta versión mía, la que cede espacio, la que se desarma un poco para hacer lugar a dos mundos chiquitos.”

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