“El mundo sólo dice que tú y yo estamos locos”, rezaba el genial “Chespirito” mexicano a principios de los ’90. El fin de año de AFA no tiene desperdicio y no para de sumar capítulos desopilantes, dignos de una nueva zaga humorística.
En la semana de los pasillos, el de espaldas a Rosario Central por parte de Estudiantes y el de Tigre a Lanús con honor tras la obtención de la Copa Sudamericana, AFA fue sede de la entrega de los premios Alumni.
La estatuilla que brindan ex dirigentes y actuales del fútbol argentino contó con la presencia de Claudio Tapia y Pablo Taviggino (autoridad máxima del Consejo Federal) y entre los rubros a reconocer hubo dos muy llamativos: institución destacada por mejor atención a los visitantes y mérito por la remodelación del estadio.
Ambas quedaron en las vitrinas de Barracas Central, uno de los integrantes de los playoffs de cuartos de final del Torneo Clausura 2025 (enfrentará a Gimnasia y Esgrima La Plata el lunes a las 17), presidido por Matías Tapia, hijo del “Chiqui”, que decidió ponerle al reconocido estadio el mismísimo nombre de su padre. Recalculando.
No suma
La batalla de los egos vuelve a restarle al título de la Asociación del Fútbol Argentino que en La Fortaleza fue insultado por todo el estadio, más allá de la pancarta inducida en la popular local en agradecimiento a su gestión.
Los insultos a Tapia en todas las canchas del fútbol nacional van camino a convertirse en un grito de protesta contra él y su gestión. Una interna fuerte que las transmisiones televisivas no pueden ocultar, más allá del “silencio ztampa” de relatores y comentaristas.