La noche del viernes quedó marcada por el terror en distintos barrios de Ezeiza luego de una violenta explosión que sacudió la zona y desató un incendio de grandes dimensiones en una planta química del Polígono Spegazzini. Entre quienes vivieron el impacto en primera persona estuvo Paz Martínez, que desde su casa, ubicada a unas veinte cuadras del epicentro, sintió la fuerza de la onda expansiva como nunca antes.
Paz Martínez contó que la noche transcurría con total normalidad en su hogar de Tristán Suárez, dentro del barrio privado El Ombú, un espacio que describió como tranquilo y poco poblado de manera permanente. Mientras veía televisión junto a su esposa, la calma terminó abruptamente cuando un estallido estremecedor retumbó en toda la zona, dejándolos paralizados por el susto.
Según relató, la magnitud del ruido fue tan impactante que ni siquiera su experiencia en el servicio militar le permitió compararlo con algo conocido. “Escuché bombas y morteros, pero esto fue muy superior”, recordó, Paz Martínez, con la voz todavía impregnada de nerviosismo. En el primer segundo posterior al estruendo, él y su esposa creyeron que la casa se venía abajo.
Al salir a la calle, descubrieron que no eran los únicos desconcertados. Algunos vecinos también habían salido corriendo a ver qué ocurría, repitiéndose entre ellos la misma pregunta: “¿Qué pasó?”. La sensación de incertidumbre dominó el momento, mientras trataban de entender si se trataba de un accidente, un choque o algo más grave.
Instantes después, la guardia del barrio pasó a toda velocidad, lo que aumentó la preocupación de los residentes. Fue allí cuando Paz Martínez observó al fondo de la calle una columna de humo blanco que comenzaba a elevarse. Le sacó una foto sin saber todavía la dimensión real de lo que estaba ocurriendo en Spegazzini.
Con el correr de los minutos comenzó a circular la información sobre la explosión en la planta química, cuyo impacto hizo estallar ventanas de varias viviendas en los alrededores. El artista confirmó que su casa no sufrió daños, pero señaló que muchas otras no corrieron la misma suerte. La expansión del estallido fue tan fuerte que provocó destrozos en fachadas y vidrios.
Aún conmocionado, confesó que el ruido fue el más ensordecedor que escuchó en toda su vida, al punto de quedar aturdido durante largo rato. La tensión lo acompañó incluso durante la madrugada, cuando tuvo que recurrir a un calmante para poder dormir, pensando en el show que debía ofrecer horas más tarde en Pilar.
La explosión, registrada poco después de las 21, dejó al menos 24 heridos que fueron derivados al Hospital Eurnekian y la Clínica Monte Grande. El incendio, que requirió un operativo de gran escala, expuso nuevamente el riesgo que representa la actividad petroquímica en zonas cercanas a barrios residenciales.