La vida de Eugenia ‘La China’ Suárez vuelve a dar un giro internacional y esta vez la mudanza no es solo una aventura personal, sino que involucra directamente a su hija mayor, Rufina. La actriz decidió instalarse en Estambul junto a Mauro Icardi, generando varias preguntas sobre el futuro de la pequeña y la relación con su papá, Nicolás Cabré.
En medio de rumores y especulaciones, fue el propio Nicolás Cabré quien decidió hablar y dejar en claro su postura respecto a la mudanza. Durante una charla distendida con Andy Kusnetzoff en Perros de la Calle, el actor reveló que jamás pondría trabas en la vida de su hija y que prefiere asumir cualquier incomodidad con tal de que Rufina esté bien. “Ella sabe quién soy, tiene clarísimo todo”, expresó, mostrando confianza en el vínculo que construyeron.
Por otro lado, mientras Benjamín Vicuña, padre de los otros hijos de la China Suárez, mostró su desacuerdo con la idea de mudar a los chicos, la relación entre Cabré y la China Suárez parece fluir de forma más conciliadora. De hecho, según trascendió, ambos llegaron a un pacto que garantiza que Rufina pueda adaptarse a su nueva vida sin perder contacto con su entorno en Argentina.
El acuerdo, revelado por Karina Iavícoli en Intrusos, contempla un esquema bien organizado: Rufina empezará clases en el British International School de Turquía a partir del 8 de agosto. La modalidad pactada establece que cada dos meses de cursada, la niña pasará una semana en Argentina para mantener sus raíces y vínculos familiares.
Además, Mauro Icardi no se quedó afuera de este plan. El futbolista ofreció cubrir pasajes y estadías para Nicolás Cabré, en caso de que el actor desee visitar a su hija en Estambul o surja algún contratiempo que le impida viajar a Rufina. De esta manera, se asegura que la distancia no se convierta en un obstáculo insalvable.
Todo indica que la mudanza también contempla una nueva casa cercana a la escuela trilingüe, elegida especialmente para reforzar la educación de Rufina con foco en idiomas y deporte. Un detalle que demuestra que cada paso fue pensado para facilitar la adaptación de la nena.
Así, entre acuerdos familiares y gestos de buena voluntad, se sella este pacto inusual entre Cabré y Mauro Icardi. Un entendimiento que prioriza el bienestar de Rufina y muestra que, más allá de las diferencias y nuevas parejas, la familia puede organizarse cuando se trata de los hijos.
La historia aún tiene capítulos por escribir, pero por ahora, la prioridad está clara: que Rufina pueda vivir esta experiencia internacional sin perder sus raíces ni a su papá cerca.