ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS
Informe especial: datos y análisis de las elecciones que pueden cambiar el mundo
El 5 de noviembre el mundo va a estar mirando a Estados Unidos. Cómo llegan los candidatos y el impacto que puede tener un nuevo gobierno de Donald Trump.Cuando el martes se cierren las urnas en los Estados Unidos habrá terminado una campaña electoral que incluyó, entre otras cosas, el intento de asesinato a uno de los candidatos y la renuncia de otro. Si bien el proceso electoral ya empezó con alrededor de 60 millones de personas que adelantaron su voto de manera presencial o por correo, todo se definirá el 5 de noviembre: Donald Trump o Kamala Harris.
Si bien allí el voto no es obligatorio, se espera una gran convocatoria electoral, parecida a la del 2020, en la que alrededor de 140 millones de estadounidenses fueron a votar. Las encuestas marcan una extrema paridad, aunque en las últimas semanas, Trump aparece con una leve ventaja, sobre todo en los siete Estados en los que según la gran mayoría de los expertos se definirá todo: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Carolina del Norte, Georgia y Nevada.
La elección de presidentes en Estados Unidos se realiza a través del Colegio Electoral y no del voto popular. Es decir, que no necesariamente gana el candidato que obtiene más votos sino el que junte más electores. Este sistema condiciona la forma en que los candidatos compiten y ganan las elecciones.
El conteo de los votos en alguno de los Estados podría demorar el resultado final. Y todo podría empeorar si Trump no reconoce los resultados si estos no lo favorecen. Ya lo hizo en el 2020 y amenazó con volver a hacerlo.
¿Quiénes votan a Trump?
Quienes voten por Trump lo harán para castigar la actual administración Biden-Harris porque sienten que sus bolsillos están peor que cuando ellos asumieron hace 4 años. Se ve que la baja de la inflación del 9 por ciento que había en 2022 al 2,3 actual no se siente en las calles. Otros elegirán la boleta del republicano porque sienten, cómo él, que la inmigración es una amenaza. El discurso de Trump acusando a los inmigrantes de "criminales" sigue siendo efectivo, y sorprendentemente pareciera haber atraído a las comunidades afroamericanas y los hispanos. En 2020 solo uno de cada diez votos provenientes de la comunidad afroamericana fue para los Republicanos y ahora las encuestas estiman que el número habría aumentado a 3 de cada 10 votos, lo cual podría ser decisivo en algunos de los Estados clave donde esas comunidades son grandes. Ademas se habría achicado la amplia brecha que había entre los hispanos a favor de los demócratas.
¿Por qué estos grupos votarían por Trump a pesar de los ataques verbales, a veces racistas, de los que han sido víctimas? Sin duda una de las razones es la efectividad que ha tenido la campaña del republicano para explotar las divisiones dentro de las comunidades minoritarias para conseguir apoyos. Lo hizo como lo hace la extrema derecha, exacerbando los miedos hacia los inmigrantes por la pérdida de empleo, por la inseguridad, y por el rechazo a que se destine en otros el dinero de sus impuestos. Los votos restantes serán los de su núcleo duro. Aquellas personas que lo vienen acompañando desde siempre y que buscan recuperar un control que creen les fue usurpado por el establishment político y económico de Washington. Son los que buscan el regreso a los años 50 y 60 del siglo pasado, momento en el que el sueño americano tenía como protagonista a la “América blanca”. El discurso de Trump siempre apuntó a convocar a ese sector que cree que sus aspiraciones se diluyeron con la globalización y con la revolución tecnológica que los dejó afuera.
Los votantes de Kamala.
Si bien casi nadie confiaba en ella después de lo que fue su deslucida performance como vicepresidente, Kamala Harris pudo demostrar que está a la altura del desafío desde que encabeza la fórmula de los demócratas. No necesariamente le va a alcanzar para transformarse en la primera presidenta mujer de Estados Unidos, pero está haciendo todo lo posible para convencer a su electorado para que vaya a votarla. Lo hace insistiendo sobre el peligro que representaría para la democracia la llegada de Trump al poder, recordando los antecedentes penales del expresidente, y advirtiendo sobre su sed de venganza hacia todo aquel que en algún momento lo enfrentó.
Kamala y su vice, Tim Walz, tomaron la cuestión del aborto para movilizar, sobre todo, a las mujeres que con sus votos podrían compensar el gran apoyo que Donald Trump tiene en los hombres. Allí, en la brecha de género, estará una de las claves de los resultados de las elecciones. Por otro lado, Kamala también necesita de los independientes. Aquellos votantes que no se identifican con ningún partido siempre son clave y según las encuestas, hoy se inclinan por ambos candidatos casi por igual.
¿Qué se define en estas elecciones?
Entre otras cosas, se define el futuro del trumpismo y su influencia en liderazgos similares alrededor del mundo. Sabremos si se consolida definitivamente como la expresión mayoritaria del partido republicano o si, con dos derrotas consecutivas sobre sus hombros, abandona el centro de la atención política en Estados Unidos luego de 10 años.
Se trató de un recorrido que Trump inició en las primarias para las elecciones de 2016, en donde compitió y le ganó a todo el establishment republicano que lo miraba como un ser extraño que solo quería usar al histórico partido como vidriera para posicionarse en la política de Estados Unidos. Superó las expectativas: llegó a presidente ganándole al otro “establishment”, el de los demócratas, representados por Hilary Clinton.
Su derrota frente a Biden en 2020 pareció marcar el final de su carrera política de la peor manera: no solo desconoció los resultados y el triunfo que le daban las urnas a los demócratas, sino que amenazó a su entonces vicepresidente, Mike Pence, para que no certificara los resultados de esas elecciones. También presionó a gobernadores cercanos para que falsificaran actas que den vuelta las elecciones en alguno de los Estados que se definieron por pocos votos y, los más grave, arengó a una banda de fanáticos para que fueran a tomar el Capitolio el día en el que los legisladores debían avalar el resultado electoral.
Sin embargo, Trump resistió y nadie en el partido republicano pudo hacerle sombra, lo cual hace hoy que su regreso a la Casa Blanca esté muy cerca.
¿Qué puede pasar con Ucrania y Medio Oriente si gana Trump?
El resultado de las elecciones de Estados Unidos también impactará a nivel mundial y claramente lo hará en los dos grandes conflictos que atraviesan el globo. Buscará frenar la guerra en Europa cortando la ayuda militar y económica que los demócratas nunca dejaron de darle a Ucrania. Con eso presionará a Putin para un cese del fuego y un eventual acuerdo en el que los ucranianos saldrán muy mal parados.
Con respecto a Medio Oriente, posiblemente le abra a Bibi Netanyahu una ventana de tiempo para que haga lo que cree que tiene que hacer para que Israel termine de recuperar su poder de disuasión, que en buena parte ya reestableció tanto en su guerra contra Hamas como contra Hezbolá. El gran interrogante es qué pasará con Irán. No se puede pensar en pasar a una nueva etapa en Medio Oriente sin resolver la amenaza que representa ese país para Israel. Habrá que ver si el resultado de la última operación militar israelí en Irán conforma a Bibi y al próximo gobierno de Estados Unidos, o si falta algún capítulo más en esta historia. Después del martes quizás lo empecemos a saber.
Un triunfo de Trump también impulsaría lo que el analista Juan Gabriel Tolkatlian llama la “internacional reaccionaria”, la movilización de un grupo de partidos o agrupaciones afines a los modos de Trump que, aún con diferencias, pertenecen a una misma familia. Muchos de ellos ya están en el poder y otros cerca. Seguramente con un triunfo de Trump se sentirán más cómodos y sueltos para ir definitivamente contra un orden y una agenda liberal que viene siendo amenazada.