Durante una reunión mantenida en la Casa Blanca con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, Donald Trump, expresó sus dudas sobre la venta de misiles Tomahawk a Kiev apostando en cambio a que podrá alcanzar un acuerdo de paz con Rusia sin necesidad de ese armamento de largo alcance. "Ojalá podamos poner fin a la guerra sin pensar en los Tomahawks", afirmó durante su encuentro con Zelenski, argumentando que Estados Unidos necesita conservar esos misiles y otras armas que está enviando a Kiev.
La postura de Trump refleja su estrategia de priorizar la negociación diplomática sobre el suministro militar. El mandatario estadounidense se mostró optimista sobre su capacidad para mediar en el conflicto, respaldado por el éxito del reciente alto el fuego en Gaza. "Creo que llevamos mucho impulso, mucha credibilidad", señaló Trump, quien prevé reunirse próximamente con Vladimir Putin en Hungría para avanzar hacia el fin de las hostilidades.
Sin embargo, la cuestión de los Tomahawks no está completamente cerrada. Zelenski propuso una alternativa que despertó el interés de Washington: un posible intercambio en el que Ucrania proporcionaría miles de drones de fabricación propia a cambio de armamento estadounidense. "Estados Unidos tiene Tomahawks y otros misiles muy potentes, pero también pueden disponer de nuestros miles de drones", planteó el presidente ucraniano, destacando la capacidad de su país para fabricar hasta 8 millones de drones al año.
Tras la reunión, Zelenski mantuvo una valoración cautelosamente positiva, celebrando que Trump no haya dado un "no" definitivo a los misiles, aunque tampoco un "sí". El presidente ucraniano compartió los resultados del encuentro con líderes europeos, incluyendo al canciller alemán Friedrich Merz, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el primer ministro británico Keir Starmer, quienes ratificaron su apoyo a Kiev y su compromiso con ampliar las sanciones contra Rusia mediante un decimonoveno paquete de la Unión Europea.