El 3 de noviembre de 2025, Dick Cheney, ex vicepresidente de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009), falleció a los 84 años debido a complicaciones derivadas de una neumonía y problemas cardiovasculares, según confirmó su familia.
Cheney fue una figura determinante en la política estadounidense, reconocido por su papel fundamental en la guerra contra Irak y como uno de los arquitectos de la llamada "guerra contra el terrorismo" tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Antes de ser vicepresidente, lideró las fuerzas armadas como jefe de defensa durante la Guerra del Golfo Pérsico bajo la presidencia de George H.W. Bush.
La influencia del ex vicepresidente
Su influencia fue notable durante su mandato como vicepresidente, donde transformó ese cargo en una red de canales informales para ejercer poder y moldear políticas en temas clave como Irak, el terrorismo, los poderes presidenciales y la energía. En ese contexto, defendió consistentemente el uso de herramientas extraordinarias de vigilancia, detención e interrogatorio implementadas tras el 11-S.
Cheney enfrentó graves problemas de salud a lo largo de su vida, sobreviviendo a cinco ataques cardíacos y sometiéndose a un trasplante de corazón. En 2013, afirmó que cada día se despertaba "con una sonrisa en mi rostro, agradecido por el regalo de otro día". Incluso desactivó la función inalámbrica de su desfibrilador por temor a que terroristas pudieran manipularlo remotamente.
Tras su salida de la vicepresidencia, Cheney se convirtió en un crítico abierto de Donald Trump, especialmente cuando su hija Liz Cheney emergió como una de las principales opositoras republicanas a los intentos de Trump por mantenerse en el poder tras su derrota electoral y su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En un anuncio televisivo de apoyo a su hija, Dick Cheney declaró que "en los 246 años de historia de nuestra nación, nunca ha habido un individuo que representara una mayor amenaza" para la república que Donald Trump, a quien acusó de intentar "robar la última elección usando mentiras y violencia para mantenerse en el poder" y calificó de "cobarde".
En un giro poco esperado, el ex vicepresidente reveló el año anterior que votaría por la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones presidenciales, en contra de Trump.
La familia de Cheney emitió un comunicado en el que lo definieron como "un gran hombre que enseñó a sus hijos y nietos a amar a nuestro país y a vivir con valentía, honor, amor, bondad y a disfrutar de la pesca con mosca". También expresaron su profundo agradecimiento por todo lo que hizo por la nación y se declararon afortunados de haberlo amado y haber sido amados por él.
A lo largo de su carrera, Cheney ocupó varios cargos de peso en la política estadounidense, incluyendo Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, Secretario de Defensa y vicepresidente. Su legado político se caracteriza por la consolidación de la vicepresidencia como un rol activo y decisivo en la conducción del país.