A pesar de las prohibiciones vigentes en distintas ciudades rionegrinas, la Nochebuena volvió a estar marcada por el uso de pirotecnia sonora. Las explosiones se repitieron en Viedma, el Valle Medio, el Alto Valle y Bariloche, generando malestar en familias de personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), vecinos y organizaciones de protección animal.
En la capital provincial, los estruendos se escucharon en distintos barrios. Belén, integrante del grupo Familias TEA, expresó que “es triste sentir que vivimos en una ciudad que no es empática en absoluto, deja ver que estamos muy lejos de tener una ciudad inclusiva.”
Desde la agrupación remarcaron: “No pedimos lástima, solo pedimos respeto. La enseñanza básica de que tus derechos terminan donde empiezan los derechos del otro se perdió tristemente.”
En localidades del Valle Medio, el grupo Familias TEA denunció que la Nochebuena estuvo atravesada por estruendos que afectaron a niños y adultos con TEA, además de animales y personas mayores. La agrupación advirtió que muchas familias pasaron la noche “muy mal”, con niños desregulados, adultos angustiados y animales aterrados.
Alto Valle: múltiples reclamos
En Cipolletti, los vecinos manifestaron su indignación por la falta de controles durante la Nochebuena. En redes sociales se multiplicaron los mensajes que cuestionaban al municipio y pedían mayor responsabilidad: “Dónde estaba el control, tengo una perrita viejita y no se respetó nada”, escribió una vecina. Otro usuario reclamó directamente al intendente: “Díganle al señor intendente de Cipolletti que recorra los barrios, acá en Luis Piedrabuena eran bombas, no se respeta nada ni a nadie”. El malestar se extendió con denuncias de animales desesperados y la exigencia de sanciones más severas: “La maldita pirotecnia, piensen también en las personas con autismo. Usás pirotecnia, preso”.
En Roca, la Asociación RANHU – Rescate Animal No Humano calificó lo ocurrido como “repudiable” y advirtió que lo vivido en Navidad fue apenas un anticipo de lo que podría suceder en Año Nuevo. Desde la organización remarcaron que la pirotecnia no solo afecta a niños con TEA y personas sensibles al ruido, sino que también provoca accidentes, incendios y la pérdida de mascotas: “Muchísimos perros perdidos, muchos caídos al canal, ninguno con identificación. Esa responsabilidad también es de los dueños”. RANHU subrayó que la problemática se repite año tras año y que la falta de empatía y de campañas efectivas convierte la situación en un círculo de sufrimiento para familias y animales.
En Allen, pese a la ordenanza de Pirotecnia Cero, los estruendos se extendieron durante horas. Vecinos denunciaron que numerosos perros escaparon asustados y que los ruidos afectaron especialmente a niños con TEA.
Bariloche: incendio en la barda del Ñireco
En Bariloche, el uso de pirotecnia provocó un incendio en la barda del Ñireco, minutos después de la medianoche. Bomberos Voluntarios trabajaron intensamente para controlar las llamas que avanzaron sobre la vegetación y generaron temor por la cercanía con viviendas.
Las asociaciones y vecinos coincidieron en que el uso de pirotecnia sonora, además de estar prohibido, representa un riesgo para la salud, la convivencia y el ambiente. La falta de controles y el incumplimiento de las normativas volvieron a poner en agenda el reclamo por una sociedad más inclusiva y respetuosa.