Una niña de 7 años se convirtió en la víctima más joven de COVID-19, registrada en Argentina. La pequeña era oriunda de San Vicente, provincia de Buenos Aires, y su deceso se notificó junto a los 18 incluídos en el reporte vespertino del Ministerio de Salud que informa sobre la evolución de la pandemia en el país.
Dalma, vivía con su familia en la localidad bonaerense pero tuvo que ser derivada, y falleció en el Hospital Garrahan, de la ciudad de Buenos Aires. Había sido internada el 13 de mayo pasado y el 17 del mismo mes la pasaron a terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica. Se mantuvo en esa condición de internación prácticamente durante un mes, hasta el lunes pasado, hasta que finalmente perdió la batalla contra la enfermedad.
Su condición de salud la ubicaba en el grupo de personas en riesgo de vida en caso de contraer el virus. Padecía una fibrosis quística como enfermedad preexistente, que es hereditaria y causada por un gen defectuoso que lleva al cuerpo a producir un líquido anormalmente espeso y pegajoso que se acumula en las vías respiratorias de los pulmones y en el páncreas.
Hasta este miércoles, la más joven había una adolescente de 14 años del Chaco, quien falleció a fin de mayo pasado.