La Justicia porteña abrió una investigación tras la explosión de un experimento de química durante la feria de ciencias del colegio Guadalupe, en Palermo, que dejó a cinco alumnos heridos. La fiscalía busca determinar si hubo fallas en la supervisión de los estudiantes y en el dictado de la clase.
Según las primeras pericias, un alumno de 16 años habría arrojado alcohol sobre un mechero encendido, provocando una violenta llamarada dentro del aula. El caso quedó a cargo de la Fiscalía N°5, dirigida por Miguel Ángel Kessler, que analiza la responsabilidad de docentes y directivos por permitir la manipulación de elementos inflamables por menores.
Entre las medidas ordenadas se incluye la toma de testimonios a padres, docentes y otros adultos presentes, con el fin de reconstruir cómo se desarrolló el experimento y cuál era el nivel de supervisión en ese momento.
Actualmente, dos estudiantes permanecen internados: uno en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, en estado reservado, y otro en el Hospital del Quemado, estable y recibiendo atención especializada. Los otros tres alumnos ya recibieron el alta. Una madre que se encontraba en el aula sufrió quemaduras leves en las manos.
La fiscalía también investiga si el experimento que provocó la explosión era el único con riesgo o si había otros de características similares en la feria. Los resultados de estas pericias serán clave para definir responsabilidades.
De confirmarse negligencia de los adultos a cargo, la investigación podría derivar en una imputación por lesiones culposas por omisión del deber de cuidado, según indicaron fuentes judiciales.