El Ministerio de Seguridad de la Nación activó una alerta máxima en todos los pasos fronterizos luego de la ola de violencia registrada en Río de Janeiro, atribuida al grupo narcocriminal Comando Vermelho, una de las organizaciones más peligrosas de Brasil.
La ministra Patricia Bullrich confirmó que la medida no implica enviar más fuerzas federales por el momento, sino intensificar los controles sobre ciudadanos brasileños que ingresen al país, poniendo el foco especialmente en sus perfiles migratorios y antecedentes. Para esto se desplegará un esquema coordinado entre Seguridad, Migraciones y los sistemas de inteligencia del Estado.
Bullrich convocó además a su equipo técnico para evaluar la situación en tiempo real y anticiparse a cualquier intento de fuga o desplazamiento criminal hacia territorio argentino. La Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) vuelve a ser considerada por el Gobierno como uno de los puntos críticos de vigilancia, por su historial como corredor de tráfico de drogas, armas y dinero.
La preocupación se disparó tras el megaoperativo policial en las favelas de Penha y Alemão, en Río, que terminó con más de 120 muertos, decenas de detenidos y un arsenal incautado, incluyendo al menos 93 fusiles. Se trata del operativo más letal en la historia reciente de la ciudad, con denuncias de ejecuciones en medio de enfrentamientos narcos.
Incluso el gobierno de Lula Da Silva evalúa militarizar Río de Janeiro, una medida excepcional permitida por la Constitución brasileña solo en casos extremos de seguridad pública.
En Argentina, el refuerzo forma parte de una estrategia que ya había comenzado meses atrás, cuando se enviaron 300 agentes federales a la zona de frontera y se firmó un acuerdo de cooperación con Paraguay.
El Gobierno busca ahora evitar que el Comando Vermelho u otros grupos narcos crucen la frontera para replegarse o reorganizarse en territorio argentino.