Hablar de Salud Mental en Argentina es recorrer un camino lleno de horror y desgracia. Los casos mediáticos que ocupan las tapas y las portadas de los diarios digitales lo dejan al descubierto: la gente está muy afectada. La pregunta obliga a pensar algunas cuestiones, sobre todo el rol social del Estado ante esta circunstancia ¿Se hace lo necesario para prevenir?
Ya no importa si es una pacienta psiquiátrica que baleo a su pareja e hijos. O si es un hombre que dejó los medicamentos y ahorcó a su esposa y se tiró bajo un camión. Los problemas que deben soportar miles de pacientes psiquiátricos en Argentina son un llamado de atención a la solidaridad que muchas veces falta.
Destinados al prejuicio, al abandono y al olvido. Muchos de estos casos parecen importar solo cuando sucede lo peor. El horror vende. El dolor paga. Lo que no vuelve es el tiempo que no fue usado para evitar un nuevo caso. En el país hablar de salud mental es tan necesario como urgente. Cada vez más.
En argentina las estadísticas asustan y son superiores a las de cualquier país: cada una hora y media hay un intento de suicidio en el país. La mayoría de los casos se presentan en personas menores de 30 años. Los datos relevados por el Ministerio de Salud de Nación indican que entre abril de 2023 y abril de 2025 registraron 15.807 suicidios.
La cifra se puede desglosar provincia a provincia, por día, por edad, por género, por todo. Lo que no se puede medir es el dolor y sus diversas variantes. No se trata solo de abuso de sustancias o causas hereditarias como la esquizofrenia. Se trata de pobreza, de falta de empleo. La falta de previsibilidad a futuro es uno de los principales motores de suicidio: más del 30% de los casos se da en jóvenes de 15 a 29 años, de los cuales un 60% responde a hombres.
Estadísticas que preocupan
Según las estadísticas que brindó el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) “la conducta suicida constituye una problemática multicausal que involucra aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales” y que su abordaje requiere acciones sostenidas, planificación y una estrategia de prevención.
Cabe destacar que de estos intentos no todos consiguen-por suerte-, llegar al fin. El último BEN informó que en 2022 se reportaron 3.382 muertes por suicidio, lo que equivale a una tasa de 7,2 por cada 100.000 habitantes. Aunque esta cifra mostró oscilaciones desde 2010, se mantiene entre las más altas de América del Sur.
La tasa toma incluso mayor relevancia cuando se observa que hubo niños de entre 5 y 9 años que intentaron suicidarse. Aunque la cifra indica que solo fueron 23 casos (un 0,2% de los casos totales), la situación es completamente alarmante. Cada vez son más chicos, cada vez más solos y cada vez mas habituales.
Bajón de domingo
En argentina las personas deciden suicidarse en mayor amplitud los domingos y los lunes. Cerca de un 35% de los casos se presentan estos días. En total, entre el 1 de abril de 2023 y el 30 de abril de 2025, se notificaron 15.807 eventos. De ese total, el 94,3% (14.899) corresponde a intentos de suicidio sin resultado mortal, y el 5,7% (908) a intentos de suicidios con resultado mortal. Esto representa una razón de 16,4 intentos de suicidio no fatales por cada suicidio con resultado mortal.
De este resultado, los valores 2,2% en mujeres versus 11,1% en varones, dan cuenta de un riesgo 5 veces mayor de que el resultado del intento de suicidio sea mortal en los hombres en relación con las mujeres.
Pero aun hay datos más peligrosos. El grupo de 15 a 19 años presenta las tasas más elevadas de intentos de suicidio de todos los grupos de edad y sexo: duplica la tasa de los varones para el mismo grupo.
Modalidad de suicidio más elegida
En cuanto al modo de concretar el suicidio, la sobreingesta de medicamentos es la modalidad más utilizada para el evento (46%); esta modalidad, sin embargo, presenta diferenciales según sexo. En el caso de las mujeres, su uso asciende casi al 60% y en los varones alcanza el 27%.
En el sexo masculino, según el informe, la modalidad que predomina es el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación (39%), que representa el tercer método utilizado por las mujeres. Por último, el uso de objeto cortante es una modalidad que presenta un porcentaje similar en ambos sexos (16%), ubicándose en segundo lugar para las mujeres y el tercero para los varones.
La detección precoz es una de las herramientas más efectivas para prevenir el suicidio. Según el Ministerio de Salud, algunos indicadores de riesgo pueden manifestarse en el lenguaje, la conducta o los hábitos cotidianos. Entre las señales más frecuentes se incluyen:
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Manifestaciones verbales directas o indirectas sobre la intención de morir.
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Cambios marcados en el estado de ánimo, la alimentación o el sueño.
- Conductas de aislamiento, retraimiento o pérdida de interés.
- Actos de despedida o entrega de objetos personales.
- Búsqueda de medios para autolesionarse.
La presencia de uno o varios de estos signos no implica necesariamente que una persona quiera quitarse la vida, pero sí constituye un motivo suficiente para activar dispositivos de atención. En ese sentido, el Ministerio sostiene que es fundamental fortalecer los equipos del primer nivel de atención y generar entornos donde se pueda hablar del tema sin estigmas ni juicios.
El abordaje del suicidio requiere estrategias integradas que incluyan tanto la prevención universal como la atención especializada. Para ello, el Ministerio de Salud dispone de una línea telefónica nacional gratuita y confidencial (0800-999-0091), activa las 24 horas. T