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A 35 años del asesinato de María Soledad Morales que marcó al país

La joven de 17 años fue asesinada en 1990. Su caso expuso vínculos de poder, irregularidades judiciales y movilizó a toda la provincia.

Lunes, 08 de septiembre de 2025 a las 20:29
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Este 8 de septiembre se cumplieron 35 años del asesinato de María Soledad Morales, ocurrido en San Fernando del Valle de Catamarca en 1990. La adolescente, entonces de 17 años, habría cumplido 53 el próximo viernes 12 de septiembre. Su muerte reveló una trama de impunidad judicial y connivencia política que impactó a todo el país.

Hija de Elías Morales y Ada Rizzardo, cursaba quinto año en el Colegio del Carmen y San José y soñaba con ser madre y docente. La noche del 8 de septiembre de 1990, María Soledad asistió a un evento escolar en el boliche Le Feu Rouge. Luego fue vista en la discoteca Clivus junto a Luis Tula, quien la presentó a otros jóvenes, entre ellos Guillermo Luque, hijo de un exdiputado provincial.

El 10 de septiembre, su cuerpo fue hallado en Parque Daza, a 7 km de la capital. Presentaba fracturas, quemaduras de cigarrillo y signos de abuso sexual. La autopsia indicó paro cardíaco provocado por una dosis de cocaína administrada a la fuerza.

Irregularidades en la investigación

El comisario Miguel Ángel Ferreyra, padre de uno de los señalados, ordenó lavar el cuerpo, borrando pruebas clave. El primer juicio se suspendió por irregularidades televisadas. En 1998, un segundo tribunal condenó a Guillermo Luque (21 años) y a Luis Tula (9 años) por “violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes”.

Tula cumplió la pena completa. Luque obtuvo libertad condicional tras 14 años de prisión.

La lucha por justicia: las marchas del silencio

La causa impulsó 82 marchas del silencio encabezadas por Martha Pelloni, rectora del colegio de la víctima. En ellas participaron familiares, estudiantes y vecinos, pese a intentos iniciales de la policía de impedir las manifestaciones.

Ada Rizzardo, madre de María Soledad, recordó: “Nos decían que era peligroso salir, pero las amigas de mi hija dijeron: ‘Vamos a marchar por nuestra compañera’”.

Impacto social y memoria

El caso se convirtió en símbolo nacional contra la impunidad en los años 90. La movilización social derivó en reformas judiciales y mayor atención a los femicidios en Argentina.

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