Aunque la movilización convocada por la CGT ya finalizó, el Gobierno nacional decidió mantener activo el operativo de seguridad en la Ciudad de Buenos Aires ante la información que maneja sobre la posibilidad de disturbios durante las desconcentraciones y en las horas posteriores al acto. Por ese motivo, el dispositivo continúa con refuerzos en puntos considerados sensibles, especialmente hacia la tarde-noche.
Desde el Ejecutivo explicaron que la atención está puesta en prevenir episodios aislados de violencia, desbordes en estaciones de transporte y situaciones de tensión en zonas comerciales. “La marcha terminó de manera ordenada, pero el día todavía no terminó”, señalaron fuentes con acceso al seguimiento del operativo, que remarcaron la necesidad de sostener la vigilancia una vez concluido el acto central en Plaza de Mayo.
En ese marco, el Gobierno evaluó como positivo el despliegue de seguridad realizado durante la protesta contra la reforma laboral. En el oficialismo aseguraron que “el operativo funcionó como estaba previsto”, destacando que no se registraron incidentes graves a lo largo de la jornada.
El esquema incluyó más de 1.500 efectivos de las fuerzas de seguridad, en coordinación con la Policía de la Ciudad, además de vallados en zonas estratégicas, monitoreo permanente mediante cámaras, presencia preventiva en accesos clave y un dispositivo especial para ordenar el tránsito y los cortes programados durante la tarde.
Desde Casa Rosada minimizaron los momentos de tensión que se produjeron durante la movilización y los calificaron como situaciones puntuales que no alteraron el desarrollo general del acto.
Pese al balance favorable, el Ejecutivo ratificó que la alerta se mantiene y que el operativo seguirá activo mientras duren las desconcentraciones, con el objetivo de evitar incidentes y garantizar el orden público en las zonas más concurridas de la Ciudad.