La bodega Aonikenk, un proyecto familiar de Fernández Oro, cumple 25 años de trabajo en la producción de vinos patagónicos. Su responsable, Catriel Rastrilla, repasó la historia y los desafíos del emprendimiento en una entrevista con el programa "Lo dimos todo", que se transmite por Versus Stream. Rastrilla contó que el emprendimiento nació en el año 2000 y que en 2009 presentaron su primera línea de vinos. Desde entonces, crecieron sin abandonar su estilo artesanal ni su compromiso con los procesos naturales.
“El nombre "Aonikenk" significa gente del sur en lengua tehuelche. Queríamos que el proyecto representara el espíritu patagónico y el esfuerzo del trabajo en esta tierra”, explicó. La bodega cuenta con ocho hectáreas propias en las que cultivan Malbec, Merlot y Cabernet Sauvignon. “Nos encargamos de todo el proceso: desde el viñedo hasta el etiquetado. Eso nos permite controlar la calidad de cada botella”, destacó.
Uno de los diferenciales del proyecto es su producción orgánica, sin uso de agroquímicos. “Queremos que cada vino sea un producto natural, reflejo del cuidado que le damos a la uva”, señaló. Además, Aonikenk produce alrededor de 40.000 litros por año y mantiene una distribución cuidada, priorizando vinotecas, restaurantes y hoteles de la región. “No buscamos masificar, sino que nuestro vino llegue al público que lo valora”, afirmó.
La bodega también ofrece visitas guiadas con reserva previa y se prepara para participar del evento Patagonia Moda y Arte, donde los invitados podrán degustar sus vinos.