Mientras hummus y guacamole se consolidan como clásicos infaltables en las mesas, un nuevo dip gana protagonismo por su sencillez y sabor delicado: la mayonesa casera con ajo asado y limón. Esta preparación se destaca por ser perfecta para untar, mojar o complementar cualquier bocado.
La clave está en la base, una mayonesa elaborada en casa con ingredientes simples: huevo, aceite neutro y jugo de limón o vinagre. A esta mezcla se le incorpora ajo previamente asado, lo que le aporta un gusto suave y dulce que diferencia a este dip de otros más comunes.
Para asar el ajo, basta con envolver una cabeza entera en papel aluminio y cocinarla durante aproximadamente 40 minutos. Este proceso suaviza su sabor y lo vuelve ideal para combinar con la mayonesa.
Este dip no solo funciona como un excelente acompañamiento en una picada, sino que también se adapta como aderezo para sándwiches, hamburguesas o carnes a la parrilla, ampliando sus posibilidades en la cocina.
Preparación de la mayonesa casera
Los ingredientes necesarios para hacer medio kilo de mayonesa son:
- 2 yemas de huevo
- 250 ml de aceite
- 1 cucharada de mostaza
- 1 cucharada de jugo de limón o vinagre
- Sal al gusto
El procedimiento consiste en batir las yemas junto con la mostaza y la sal. Luego, se añade el aceite de a poco en forma de hilo, sin dejar de batir, hasta que la mezcla emulsione y tome consistencia. Finalmente, se incorpora el jugo de limón o vinagre y se mezcla bien para completar la mayonesa.
Pan casero ideal para acompañar
Para acompañar este dip, se recomienda un pan casero que se pueda tostar y así potenciar la experiencia. Los ingredientes necesarios son:
- 500 g de harina 000 o 0000
- 10 g de sal
- 7 g de levadura seca o 20 g fresca
- 300 ml de agua tibia
- 2 cucharadas de aceite de oliva
La preparación comienza disolviendo la levadura en el agua tibia y dejando reposar entre 5 y 10 minutos hasta que espume. Luego, se mezcla la harina con la sal, se incorpora el agua con levadura y el aceite, y se amasa durante 10 minutos hasta obtener una masa suave. Se deja levar tapada durante una hora hasta que duplique su volumen.
Después, se le da forma al pan (alargado o tipo bollo), se coloca en una fuente aceitada y se deja levar otros 30 minutos. Se cocina a 200 °C durante 25 a 30 minutos hasta que esté dorado. Finalmente, se deja enfriar, se corta en rodajas finas y se tuesta en horno o sartén para lograr el acompañamiento perfecto para el dip.