Luis Sosa desapareció en General Roca a principios de 2019. A partir de la denuncia de la familia se inició una investigación para dar con su paradero. El operativo incluyó 218 rastrillajes y la toma de declaraciones testimoniales, que coincidían en que el hombre estaba atravesando una fuerte depresión y se había alejado solo de su hogar. No obstante, la línea de investigación no arrojó resultados positivos.
El 13 de agosto, el Laboratorio Regional de Genética Forense determinó, luego de un exhaustivo cotejo, que los restos óseos encontrados en inmediaciones del basural de General Roca pertenecían a Luis Sosa.
Verónica Sosa, la nieta de Luis Sosa denunció a través de las redes sociales que después de reclamarle por más de 20 días a la justicia rionegrina por los restos de su abuelo, finalmente se los entregaron.
“Después de más de 20 días de reclamar a la Justicia me entregaron los restos en una caja de mayonesa ¿Se puede ser más basura? ¡Un año y 8 meses esperándote y buscándote, y te entregan como si no fueras nada! Así, en una caja de mayonesa. Que se enteren toda la clase de mierda que tenemos en el Poder Judicial», lamentó Verónica en su perfil de Facebook.
«Somos solo un número para ellos y los que no nos callamos somos molestia. Van a tener que seguir trabajando señores fiscales, porque no voy a parar hasta saber que le pasó a Don Sosa, ¡mi abuelo! Y cuando lo sepa no van a saber dónde meterse» terminó Verónica.
Finalmente manifestó que «a Luis Sosa lo hicieron desaparecer. Luis Sosa no se dejó morir en el Basural, Luis Sosa no es un pedazo de cráneo, a Luis Sosa le pasó algo».