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Cuáles son las plantas trepadoras perennes que resisten al frío y al calor

Siete opciones para cercos, fachadas o muros que aportan belleza, elegancia y armonía.

Domingo, 06 de julio de 2025 a las 21:17
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Las plantas trepadoras pueden revestir superficies verticales con belleza.

Para quienes tenemos un espacio al aire libre, ya sea un parque, un patio o un balcón, las plantas son ideales para aportar color y perfume. Las plantas trepadoras pueden revestir superficies verticales con belleza y elegancia, además de brindar sombra natural.

¿Cuáles son las mejores? hay para todos los gustos. Aquí te acercamos siete trepadoras populares, que además de ser perennes, se adaptan al frío y al calor.

 

Santa Rita

La Santa Rita o Bougainville, se destaca por su capacidad para prosperar en diferentes tipos de clima. Aunque nos parezca que la planta tiene flores, en realidad lo que vemos son brácteas que rodean a las verdaderas flores que son blancas y muy pequeñas.
Las brácteas pueden ser rosas, rojas, blancas, violetas o anaranjadas. Sus hojas son ovaladas y suaves. Algunas variedades tienen espinas en el tallo, lo que le ayuda a trepar y protegerse.
Pueden crecer hasta 12 metros. Una vez establecida necesita mucho sol y poca agua. Prefiere suelos bien drenados y soporta algunas heladas suaves. En lugares fríos se cultiva en macetas para protegerla durante el invierno. Es recomendable podarla para controlar la forma y el tamaño.

Hiedra común

Ésta hiedra se encuentra en casi todo el mundo, pero es más común en zonas templadas. Es muy rápida para cubrir superficies y puede extenderse hasta 30 metros si tiene una estructura de soporte. Puede volverse invasiva si no se la controla con la poda.
Sus hojas tienen forma de estrella o corazón con bordes lobulados. Algunas variedades presentan mancha en tonos más claros de verde o blanco. Tiene raíces pequeñas en sus tallos para adherirse a superficies como muros, troncos o rocas.
Crece mejor con luz indirecta brillante. En exteriores puede desarrollarse bien en áreas de sombra o media-sombra. Prefiere un suelo húmedo y bien drenado. No le gusta el encharcamiento y una vez establecida soporta períodos de sequía. Resiste muy bien climas fríos y cálidos, incluso puede sobrevivir a las heladas.

Glicina

La glicina también conocida como wistería, aporta un toque romántico porque produce racimos de flores violetas que cuelgan en cascada, florece en primavera, pero en algunas regiones pueden tener una segunda floración en verano. Crece rápido y puede trepar entre 10 y 30 metros. Tiene hojas compuestas formadas por pequeños folíolos de color verde, que le dan un aspecto frondoso. Necesita sol pleno para florecer aunque también suele darse en zonas de sombra parcial. Prefiere los suelos húmedos y bien drenados, una vez establecida resiste períodos secos.
Es importante podarla regularmente ya que crece rápido y puede volverse invasiva. La poda también ayuda a la floración.
Sus semillas y vainas son tóxicas si se las ingiere, es importante mantener a los niños y a los animales lejos de ellas.

Jazmín de invierno

El jazmín de invierno florece en los meses fríos, cuando muchas otras plantas están en reposo. Es conocida por sus flores de color amarillo y por ser una de las especies más resistentes, pero sus flores no tienen un aroma fuerte como otras variedades de jazmín.
Puede crecer hasta 3 metros de altura o más si tiene soporte. Aunque es una trepadora natural necesita ayuda para sujetarse ya que no tiene zarcillos o raíces aéreas. Si bien prefiere una buena exposición solar, puede darse en la media sombra. Necesita un riego moderado, ni encharcamiento ni sequía extrema, pero es importante mantener el suelo ligeramente húmedo.
Es muy resistente al frío, puede soportar heladas moderadas y temperaturas invernales sin problema, lo que lo hace ideal para climas templados y fríos. Para mantener su forma y estimular la floración, es recomendable podarlo cuando deja de florecer.

 

Clemátides

Las clemátides pertenecen a un género de más de 300 variedades, sus flores que pueden ser grandes o pequeñas, simples o dobles, vienen en una amplia gama  de colores.
Hay perennes y caducas, según la especie y el clima en que se encuentren. Pueden alcanzar de 2 a 12 metros de altura si tienen estructura para trepar.
Disfrutan el sol pleno y la media-sombra, pero prefieren que la base de la planta esté a la sombra, para mantener las raíces frescas. Necesitan un riego regular sobre todo en época de calor o cuando están floreciendo. El suelo debe estar húmedo y bien drenado, sin encharcar.
Algunas especies son más resistentes al frío, hay que asesorarse antes de elegir la variedad adecuada para la zona. La poda la mantiene saludable y estimula la floración.
Hay algunas variedades más compactas que pueden cultivarse en maceta y son una excelente opción para espacios más pequeños.
Las clemátides son muy tóxicas si se ingieren y pueden provocar irritación en la piel, se recomienda usar guantes al podarlas.

Madreselva

Casi todas las especies de madreselva son resistentes y de fácil cultivo. Las flores son tubulares, seguidas por pequeñas bayas rojas, negras o anaranjadas según la especie.
Son muy perfumadas, su aroma se aprecia mucho más al atardecer y durante la noche. Atraen mariposas y colibríes, polinizadores como las abejas y aves que se alimentan de la bayas.
Puede crecer más de 6 metros, sus hojas son de color verde oscuro, opuestas y ovaladas. Algunas especies son perennes, otras caducas, depende del clima.
Prefiere lugares soleados o de media-sombra, pero florece mejor con luz abundante. Necesita riego regular especialmente cuando está en flor. Una vez establecida tolera la sequía.
Es de crecimiento rápido y puede volverse invasiva si no se controla. Se recomienda podarla después de la floración para mantener su forma y controlar la expansión.
Algunas especies son tóxicas, cuidado con los niños y con los animales.

 

Rosales trepadores

Los rosales producen gran cantidad de flores, son una opción ideal para dar un toque romántico y colorido. Las flores pueden ser simples o dobles, de diferentes tamaños y colores. Algunas variedades tienen un perfume intenso.
Pueden alcanzar entre los 2 o 6 metros de altura, según la variedad. No trepan por si solos, pero sus tallos largos y flexibles, pueden ser guiados o amarrados a una estructura.
Son de hojas caducas, el follaje se pierde en invierno. Requieren al menos 6 horas de sol directo para garantizar un crecimiento saludable y una floración óptima.
Es importante regar la base de la planta, no mojar las hojas porque la humedad puede ocasionar hongos. Si bien se adaptan a varios tipos de clima, en zonas muy frías es aconsejable protegerlas durante el invierno.
La poda se debe realizar en invierno o a comienzo de la primavera cuando la planta está en reposo.
La mayoría de los rosales tienen espinas, es recomendable tener cuidado al manipularlos. Son susceptibles a plagas como pulgones y cochinillas y a enfermedades como el mildiu y el oídio. Es importante vigilarla regularmente y aplicar tratamientos preventivos o correctivos si es necesario.

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