Inversiones

Brandt: “Hay que prepararse para un período de precios bajos del petróleo”

jueves, 5 de febrero de 2015 · 12:54
La caída en el precio del petróleo en los últimos tiempos no sólo se debe a cuestiones de mercado. La geopolítica también puede explicar el shock sufrido en el precio del crudo, que cayó a la mitad en apenas siete meses. Roberto Brandt, ex director general de Metrogas y actual consultor en temas energéticos lo explica en una cuestionario preparado para el diario Perfil que reproduce en El Inversor Online.

-¿Cómo explica la actual crisis petrolera mundial?

-En los últimos años, el menor crecimiento económico de China y algunos países industrializados desaceleró el incremento de la demanda, en tanto que la creciente producción de shale oil en Estados Unidos – junto a la reactivación de la industria petrolera en algunos países que emergían de conflictos bélicos (como Iraq o Libia) – , impulsó un moderado crecimiento de la oferta mundial de petróleo crudo. No obstante, en la actualidad el "exceso de oferta” resultante representa algo menos de 2% de la demanda mundial, lo cual pone en evidencia que los cambios de tendencias del mercado son insuficientes para explicar una caída de precios de más del 50%, desde 100 dólares por barril en junio de 2014 a menos de 50 dólares por barril en enero de 2015.

-Entonces, ¿a qué se debe la caída de más del 50 por ciento del precio del barril?

-El mercado petrolero está muy fuertemente influido por factores geopolíticos. Si uno analiza la evolución del precio del petróleo en los últimos 50 años, las mayores oscilaciones estuvieron relacionadas con eventos políticos, bélicos o geopolíticos, tales como la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en la década del ’60, el conflicto árabe-israelí en 1973, la Revolución Iraní y el conflicto Irán-Iraq en 1979, o la guerra del Golfo al inicio de la década del ’90. Cabe preguntarse entonces, si la "sobreoferta” actual es inferior al 2% y no hay ningún conflicto bélico que esté afectando en forma significativa la disponibilidad de crudo, ¿cómo podría estar haciéndose nuevamente presente la geopolítica?
Algunos analistas políticos internacionales afirman que el actual contexto habría sido inducido por un "acuerdo” -explícito o tácito- entre Estados Unidos y Arabia Saudita, tendiente a inducir un período transitorio de precios del petróleo bajos, que debilite la solidez de la economía de ciertos países que podrían ser considerados adversarios estratégicos. Dado que no resulta posible documentar tal afirmación, se sugiere analizar los principales impactos económicos de la caída de los precios sobre algunos actores clave. Entre los "perdedores” de esta situación, se destacan algunos países productores y exportadores que podrían considerarse adversarios estratégicos de Estados Unidos y Arabia Saudita, en particular Rusia (el segundo productor y exportador mundial), Irán y Venezuela. Adicionalmente, el autodenominado Estado Islámico -que financia parte de sus actividades a través de la venta de petróleo sirio o iraquí en "mercados informales”- también ve mermar fuertemente sus "ingresos” en el corto plazo.
Es innegable que Arabia Saudita (el primer productor y exportador mundial) también ve disminuidos sus ingresos de corto plazo, pero no es la primera vez que este país –cuyos costos de producción son muy inferiores a los de algunos de sus competidores– muestra "paciencia estratégica” y afronta situaciones coyunturales de precios bajos, renunciando a influir en el mercado con recortes de su producción nacional o de la OPEP en su conjunto, los cuales -a la luz de una "sobreoferta” inferior al 2%, y teniendo en cuenta que la OPEP aporta actualmente algo menos del 40% de la oferta mundial- tampoco alcanzarían para revertir sustancialmente la situación.
Con respecto a Estados Unidos, si bien el costo de producción del shale oil es superior al del petróleo convencional, un período de precios bajos de petróleo difícilmente lo "saque del mercado”, sino que resultará en un proceso de "depuración competitiva” de su mercado interno -en el cual sobrevivirán las empresas de mayor productividad-, como ya ha ocurrido en el pasado.
En síntesis, la actual coyuntura parece estar fortaleciendo a Arabia Saudita frente a sus rivales regionales, y a Estados Unidos en algunas zonas de influencia estratégica, sin comprometer el futuro de sus industrias petroleras nacionales.

-¿Cómo afecta esta situación al futuro del shale oil en Estados Unidos y en otras partes del mundo?

-Desde el inicio de la denominada "revolución del shale” en Estados Unidos -basada en la utilización masiva de métodos no convencionales de exploración y producción de petróleo y gas-, los productores registraron un gran crecimiento no sólo en los niveles de producción sino también en la productividad. En consecuencia, algunos yacimientos de shale oil que -hasta hace pocos años- hubieran debido detener su producción en una situación como la actual, gracias a dichas mejoras de productividad podrán afrontar –a corto plazo- niveles de precios entre 50 y 60 dólares por barril. Ello se dará en el marco de la "depuración competitiva” antes mencionada, en el cual las empresas más grandes podrán resistir y algunas más pequeñas verán afectada su viabilidad.
A nivel internacional, conviene distinguir entre algunos países que ya están apostando al desarrollo del shale oil y gas -como Canadá, Australia o la Argentina- y otros, que tienen recursos significativos, pero que aún no han incursionado fuertemente en este campo, como China – o Rusia, Libia, México y Venezuela, que también cuentan con significativas reservas convencionales – que seguramente optarán por introducir un impasse en sus programas de desarrollo de hidrocarburos no convencionales.

-¿Y en el caso de Argentina con Vaca Muerta?

-En el caso particular de Argentina y del desarrollo de Vaca Muerta, convendrá tener presente que las importantes inversiones puestas en marcha y proyectadas por YPF y otras empresas nacionales e internacionales fueron evaluadas con una perspectiva de largo plazo, por lo cual no sería lógico discontinuarlas debido a una caída de precios del petróleo en el corto plazo. Sin duda, los niveles de precios actuales plantean el desafío de seguir disminuyendo los costos de producción del shale oil –como ha ocurrido en estos últimos años, si bien en mucha menor proporción que en Estados Unidos-, porque las decisiones de inversión de largo plazo se adoptaron sobre la base de proyecciones de precios más altos. Brasil enfrentará un desafío similar para el desarrollo de las áreas offshore del "Presalt”.
En lo inmediato, no habrá un fuerte impacto sobre los productores de Vaca Muerta, porque el gobierno nacional decidió mantener el precio interno del petróleo de la Cuenca Neuquina en torno de los 70 dólares por barril, es decir, por sobre la actual cotización internacional. En virtud de la volatilidad de la situación internacional, y del cambio de gobierno que se operará a fines de 2015, parecería aconsejable "desensillar hasta que aclare” y revisar -con visión de conjunto, y en el marco de una nueva política energética- el esquema de precios relativos del sector energético a partir del 2016, con miras a corregir las significativas distorsiones que se han venido acumulando en los últimos años. En ese marco, se sugiere no tomar decisiones apresuradas de corto plazo respecto del desarrollo de Vaca Muerta, que representa una enorme oportunidad para el país, y revisar su contribución futura en el marco de la definición de una política energética de mediano y largo plazo.

-Finalmente, ¿cuánto tiempo puede durar esta nueva crisis petrolera?

-En el mercado petrolero es virtualmente imposible pronosticar cuánto tiempo puede durar un fenómeno de caída de precios como el actual. Los analistas políticos internacionales que sostienen que la actual situación se explica por un supuesto "acuerdo” entre Estados Unidos y Arabia Saudita, apuestan a una hipotética "extensión” de aproximadamente 2 años. Aún si tal "acuerdo” existiese, nada garantizaría su "cumplimiento” a lo largo del tiempo.
En consecuencia, parece prudente prepararse para un período de precios bajos de petróleo durante el año 2015, y aguardar a cómo evolucione la situación. Con relación a la oferta y la demanda, cabe esperar que Arabia Saudita continúe con su estrategia de no reducir su producción y absorber esta "sobreoferta” de petróleo algo inferior al 2 por ciento de la demanda, y habrá que aguardar las decisiones que tome la OPEP en su próxima reunión plenaria, prevista -en principio- para junio próximo. En el plano geopolítico, es dable esperar que -periódicamente- continúe habiendo "sorpresas”, ya sea derivadas de hechos "visibles” (conflictos bélicos) o de las estrategias "menos visibles” de ciertos actores clave, que puedan afectar -en una u otra dirección- el nivel de precios del petróleo, con su consiguiente impacto sobre la economía mundial.

Fuente: El Inversor Online

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