BARILOCHE

Se quemó la Capilla Inmaculada Concepción

Un pedazo de historia de Bariloche se perdió durante esta triste madrugada de sábado. La capilla más antigua de Bariloche fue víctima del fuego y desapareció por completo.
sábado, 30 de agosto de 2014 · 17:03
El emblema de la iglesia católica de Bariloche fue consumido por el fuego en tan sólo algunas horas y la ciudad está de luto por la pérdida de uno de los edificios más importantes de su historia.
La capilla Inmaculada Concepción, comenzó a incendiarse este sábado a las 5 AM y las llamas consumieron por completo su estructura de madera. 
Los ocho móviles de bomberos del cuartel central y del cuartel de Melipal trabajaron durante largas horas para intentar sofocar el incendio. Una voluntaria del destacamento sufrió una fractura en su pierna al intentar cruzar el enrejado perimetral de la capilla y fue trasladada al hospital. 


La historia de la Inmaculada Concepción
En los orígenes de San Carlos de Bariloche intervinieron numerosos misioneros, pero el padre Zacarías Genghini jugó un papel fundamental en la historia de la Iglesia Católica en la ciudad, planificando la primera capilla del naciente poblado: la Inmaculada Concepción.
 Primer salesiano en asentarse en este territorio, llegado a caballo desde Junín de los Andes, en 1901, luego de que los Jesuitas abandonaron las misiones del Nahuel Huapi, Genghini vino a llenar un vacío que existía entre los pobladores de la zona, algunos de ellos cristianos, y otros posibles futuros católicos. 
Muy pocas viviendas, un almacén y un albergue conformaban lo que con el tiempo se conocería como San Carlos de Bariloche, ya que los restantes pobladores estaban dispersos en el campo. 
A cuatro años de su llegada, Zacarías conforma la "comisión pro templo”, iniciando las tareas en 1906, encargando la construcción a Primo Capraro.
Algunos contratiempos demoraron la bendición de la piedra fundamental hasta el 27 de febrero de 1907, y para el 17 de agosto estaba terminada. La bendición oficial se realizó el 19 de abril de 1908, y estuvo a cargo del sacerdote Domingo Milanesio,  encargado de la misión de Junín de los Andes. 
La capilla original no estaba en su actual emplazamiento, sino en la calle Moreno y orientada hacia el lago Nahuel Huapi, a unos 150 metros de donde se encontraba "el histórico ciprés" donde el Perito Moreno fue amarrado cautivo de los indígenas de la zona.
En 1973 fue declarada Monumento Histórico y trasladada mediante rieles tendidos en la ladera hasta su ubicación actual, ya que el crecimiento del Colegio Don Bosco así lo requería. 
Originalmente sólo tenía una nave central, con techo a dos aguas; pero en 1951 se anexaron las naves laterales, con cubierta a un agua de poca pendiente.
Durante 1981 se le hicieron algunas reformas que afectaron fundamentalmente el aspecto de materiales y carpinterías originales. Los pisos interiores de madera fueron reemplazados por cerámica roja; las tejuelas de la fachada, de cabeza circular, dieron paso a tejuelas nuevas de cabeza triangular. Las carpinterías son de madera y la bóveda central, de cañón corrido machimbrado.
La parroquia está ubicada en la calle Elflein 502 a unos escasos 400 metros del lago Nuhuel Huapi, con una prodigiosa vista que acompaña y permite la reflexión y meditación. Ese contexto fue descrito por el pensador Ezequiel Martínez Estrada de la siguiente forma:"Las incomparables bellezas naturales con que la pródiga mano del Creador enriqueció a este rincón de nuestro país lo han convertido en un importante centro de atracción para los hombres de todas las latitudes. El Nahuel Huapi es una cita de geografías: montañas, bosques, lagos, torrentes, nieve... No puede extrañar entonces que se constituyera en escenario de memorables acontecimientos apenas se tuvo conocimiento de su existencia. Allí establecieron los jesuitas el primer centro misionero de la Patagonia; allí se dieron cita, hace un siglo, los primeros misioneros enviados por Don Bosco; allí se congregaron turistas de todas las regiones del mundo para deleitarse en la contemplación de la naturaleza exuberante... Todo lo cual prueba fehacientemente que el paisaje es por sí solo suficiente para despertar deseos incontenibles y llenar el alma de sentimientos superiores y pierden sentido las apreciaciones según las cuales la sociedad que se abre en el alma como una congoja inmotivada y que quita interés humano al espectáculo de la belleza panorámica, es la falta de historia. En esas regiones no ha ocurrido nada que hable hondamente al hombre".  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:b2000

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