TENÍA PRISIÓN DOMICILIARIA EN UNA CHACRA
Se fugó madre investigada por la muerte de su hijita
Yanet Neira se sacó la tobillera y desapareció ayer alrededor de las 19.La mujer que junto a su pareja, golpearon , violaron y dejaron morir a su pequeña de tres años por falta de atención, se fugó de la chacra donde cumplía con el beneficio de prisión domiciliaria, otorgada por jueces de General Roca.
Yanet Neira había sido trasladada hace pocas semanas a una chacra de un familiar en Chichinales, con tobillera electrónica. Según se supo, la mujer se la habría quitado para huir ayer por la tarde
Neira y su pareja, que está detenido en Viedma, están siendo investigados por el maltrato físico y psicológico que le propinaron a la pequeña en reiteradas oportunidades entre octubre de 2018 y febrero del 2019, en el domicilio que habitaban en Lamarque. Según el informe de Fiscalìa, “el hombre abusó sexualmente de la nena, en varios oportunidades, aprovechando su calidad de guardador y conviviente, sin oposición de la madre, y a consecuencia de ello, la niña contrajo “trichomonas vaginalis”.
Anteriormente, ya habían violado una orden de la Juez de Paz de Lamarque que ordenaba a ambos imputados la” prohibición de realizar actos que comprometan el adecuado desarrollo físico, emocional o cualquier otra violación de los derechos de los niños y niñas, medida dictada para resguardar tanto a la niña fallecida como a sus dos hermanitos”,
La fiscalía además proporcionó el dato que en enero de este año, tanto el padrastro como su madre le dieron a la nena golpes en la zona abdominal que fue el punto de partida de la peritonitis sufrida.
“Esto derivó en un síndrome de disfunción multiorgánica por shock séptico y que produjo su muerte. La niña no fue asistida ni por su madre ni por el hombre, pese a que por varios días presentó dolor abdominal, vómitos y fiebre. No la llevaron inmediatamente a un centro de salud y, a consecuencia de todo este devenir descripto, abandonaron a la nena a su suerte, y por dicho abandono, es que falleció”, en el Sanatorio Juan XXIII.
La fiscalía había calificado el hecho en la acusación hacia la madre como “lesiones leves calificadas por el vínculo reiteradas en un número indeterminado de veces, autora; abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización reiterado doblemente calificado por el vínculo y por la convivencia preexistente con un menor de 18 años, partícipe necesario; corrupción de menores agravada por la edad de la víctima, por mediar violencia física, por ser el autor persona conviviente y ascendiente de la niña, como partícipe necesario; en concurso ideal con la figura anterior; desobediencia a una orden judicial, como autora; abandono de persona seguida de muerte calificado por el vínculo, como co-autora; tenencia ilegal de pornografía infantil agravada por la edad de las víctimas, como autora. Todo en concurso real”.