ESPERA UNA RESPUESTA DEL ESTADO
Vive hace un año en el hospital al lado de su hijo
Adelina Rivas es la mamá de Facundo Agüero, postrado desde que policías le dieron una bestial paliza.Adelina Rivas vive desde hace un año en una habitación de cuatro por cuatro en el hospital Bouquet Roldán. Ella ocupa una cama y la de al lado su hijo, Facundo Agüero, quien desde el 8 de marzo del año pasado está postrado por la bestial paliza que le dieron efectivos policiales en el hall de un edificio de Neuquén capital. Tuvo la promesa de irse a vivir a alguna casa con el confort que el muchacho necesita para su rehabilitación, pero nunca se concretó.
La mujer habló este miércoles por AM550 y reveló que el gobierno de la provincia pagó un contrato de alquiler hasta fin de año por una casa que nunca pudo ocupar, porque el dueño tuvo problemas con el suministro de gas. “Nunca llegamos a vivir ahí, a pesar que se firmó un contrato de alquiler hasta fin de año y la provincia lo pagó”, afirmó. Ahora es ella la que está en busca de una casa donde pueda pasar sus días con dignidad.
Adelina habló también de cómo es el proceso de rehabilitación de su hijo Facundo, del que imprescindiblemente forman parte fonoaudiólogos y kinesiólogos. “En este tiempo Facu ha mejorado bastante en el plano emocional; entiende cuando se le habla, se ríe, pero si bien eso es importante requiere de un intenso tratamiento de kinesiología”, explicó.
Los Agüero son de Picún Leufú, pero regresar a su ciudad natal podría significarle tirar por la borda el año de tratamiento médico permanente que recibe. “Podríamos volver a Picún, pero allá no voy a tener la garantía de que me lo atienda un fonoaudiólogo y un kinesiólogo”, dijo.
“Mi hijo no decidió estar acá y en este estado. Yo tampoco. Hoy mi vida gira alrededor de Facundo. Si tengo que hacer mi vida acá por el bien de Facu, lo hago”, agregó.
Finalmente recordó que “todos me decían que Facu no va a volver a ser el mismo”, pero, en virtud de los avances experimentados, “creo que nos va a sorprender a todos”.
Facundo Agüero fue brutalmente golpeado por policías que intuyeron era un ladrón que acababa de robar un perfume de una farmacia. Lo encerraron en el hall de un edificio de Periodistas Neuquinos al 300 y lo golpearon a patadas, trompadas, y le provocaron una hipoxia mediante la compresión de la cervical. Quedó con lesiones irreversibles.
Los policías llegaron a juicio y fueron condenados Romualdo Mardones Vázquez como coautor de vejaciones y lesiones leves; Lucas Medina por coautor de vejaciones y Pablo Escudero como autor de vejaciones y lesiones gravísimas. Otro policía, Juan Rubilar, fue absuelto.