CONTROVERTIDA INVESTIGACIÓN

Invalidaron su "confesión" pero la acusaron de asesinato

Sara Miranda quedó acusada de asesinar a Roque Mora, en Plottier. Quedó con 2 meses de prisión preventiva. Hubo un fuerte cruce entre defensa y fiscalía.
sábado, 18 de julio de 2020 · 00:47

El juez de Control, Gustavo Ravizzoli, imputó el delito de homicidio calificado agravado por ensañamiento a Sara Miranda, de 45 años, acusada de haber asesinado a Roque Mora, de 73 años, en la vivienda de Rivadavia al 200 de Plottier el pasado 10 de julio, y le impuso dos meses de prisión preventiva.

En su resolución, adoptada tras una extensa audiencia de formulación de cargos, el magistrado declaró la nulidad de la declaración prestara por la mujer ante la fiscal María Eugenia Titanti y un funcionario policial en la que se habría “autoincriminado”, según lo solicitó la Defensa Pública, pero avaló la acusación en todos los términos ya que “se llegó al mismo resultado con otros elementos de prueba”, es decir con medidas investigativas independientes de esa “confesión”.

Tras admitir los cargos, dispuso un plazo de cuatro meses para terminar con la investigación.

Mora fue encontrado asesinado de múltiples heridas de arma blanca por su hijo, el 11 de julio pasado por la mañana.

La autopsia determinó que presentaba heridas en el cráneo, torso, brazos y piernas, producidas por elementos cortantes, punzo cortantes y romos. La causa fue un shock hipovolémico (desangrado).

“La imputada tuvo claramente la intención de hacer sufrir de una manera desmesurada a la víctima, que va más allá de la sola intención de matar”, señaló la fiscal Sandra Ruixo, para justificar el pedido de acusación por homicidio agravado calificado por ensañamiento, y por lo que solicitó ocho meses de prisión preventiva.

Según relató la fiscal, la mujer fue captada por cámaras de seguridad del vecindario merodeando la casa de Mora e ingresando a ella en dos oportunidades, en el atardecer del 10 de julio. También se refirió a un testimonio que la vio ingresar a la casa de Rivadavia 235 –a 60 metros de la comisaria séptima- y a una huella digital suya encontrada en una botella rota, presuntamente utilizada como arma.

La "confesión"

La mujer quedó detenida este jueves luego de haber sido convocada a una controvertida declaración testimonial que prestó frente a la fiscal Eugenia Titanti y el comisario Sergio Llaituqueo, y en la que terminó admitiendo a modo de confesión: “no lo quise matar, no lo quise matar”.

La defensora Ivana Dal Bianco, solicitó que se declare inconstitucional esa autoincriminación. Relató que la mujer fue convocada a declarar como testigo, pero sometida a un riguroso interrogatorio, y que, además, se le tomaron las huellas dactilares. También cuestionó que ello ocurrió al mediodía y que la defensoría fue convocada  en horas de la noche, período en el cual se realizaron medidas de investigación sin control alguno.

Sin cuestionar la autoría del asesinato, Dal Bianco pidió que la figura penal sea la de homicidio en legítima defensa, ya que dio por acreditado que Mora intentó forzarla a mantener una relación sexual a cambio de 400 pesos. Además, solicitó que se le dicte la prisión domiciliaria, como medida de coerción.

Para Ravizzoli “no fue debidamente desarrollado, fundado y acreditado, que haya ocurrido en legítima defensa”.

La cuestión de género

La perspectiva de género insumió gran parte de la audiencia de formulación de cargos, a partir que las defensoras Públicas Ivana Dal Bianco y Belén Rodríguez Méndez recrearon una tortuosa historia de vida de Sara Miranda: abandonada por su madre a los 3 años, violada sistemáticamente desde los 8 años por un padrastro hasta quedar embarazada a los 13, abusada y violentada física y psicológicamente por otras parejas, y hasta la pérdida de un hijo pequeño en un incendio.

Con todo ese contexto, más la insinuación que Roque Mora le habría hecho a la mujer, de mantener relaciones sexuales a cambio de 400 pesos y un manoseo que le dejó un hematoma en un pecho, el resultado final “debe analizarse teniendo en cuenta la perspectiva de género, de lo que estamos obligados como funcionarios públicos”, enfatizó Dal Bianco.

Rodríguez Méndez destacó que “todas las mujeres que trabajaron en la casa de Mora declararon haber recibido insinuaciones sexuales. Todas trabajaron poco tiempo en el cuidado” de la esposa que falleció hace poco tiempo.

“Al relato de la fiscalía le falta todo esto; ver qué pasaba en la casa de Mora”, agregó.

“No nos vamos a oponer a las lesiones que están acreditadas, pero si uno evalúa toda la situación con perspectiva de género, el resultado va a ser distinto al que propone la fiscalía. Estamos ante un caso de legítima defensa que ocurrió en un contexto de violencia de género; hay una causal de justificación”, afirmó Dal Bianco.

Réplica de la fiscal

La fiscal Sandra Ruixo respondió exaltada el argumento de la contraparte. Dijo no creer que haya habido un intento de abuso, y enfatizó: “está lleno de hombres que hacen propuestas y hay miles de mujeres que reciben propuestas deshonestas. ¿Y qué hacen? Abren la puerta y se van. Incluso Sara tuvo la posibilidad de irse y de reingresar voluntariamente a la casa de Mora”.

Luego se preguntó: “¿qué tan horroroso ambiente se vivía en una casa en la que había una mujer enferma postrada y un hombre de 73 años con el corazón débil?”.

Para Ruixo “no está probado nada de una propuesta sexual o de tocamientos. Todo lo referido por las defensoras no tiene nada que ver con lo que ocurrió”.

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