Connotaciones políticas en el triple homicidio de Pomona

Durante la formulación de cargos se conocieron detalles de la masacre de Loma Blanca, el campo de Pomona donde ocurrió el triple crimen de Lorenzo Lencina, del pastor Rodrigo Quevedo y de Sergio Zura. La posesión de una franja de un campo fiscal fue el detonante para que se exteriorice una bronca de años que incluso quedó registrada en el teléfono celular de una mujer,que filmó gran parte del sangriento enfrentamiento, y que marca connotaciones políticas en la situación del trágico desenlace.

Hasta el campo ubicado a unos 50 kilómetros de Pomona, por la Ruta Provincial 4 entre el Parque Eólico y la usina de Céspedes, llegaron en dos vehículos Roberto Cabazín, quien aseguraba tener la custodia de Loma Blanca, acompañado de Oscar Zura, sus dos hijos Darío y Sergio, Carlos Urzagasti y Marisa Reyes Franck, quien grabó todo.

Al no poder avanzar más porque la tranquera estaba con candado, la saltaron y siguieron caminando casi 1 kilómetro y medio hasta la casa donde estaban José y Lorenzo Lencina, quienes aseguraban tener un permiso precario de la Dirección de Tierras de la provincia, cinco changarines y el pastor Rodrigo Quevedo, que había llegado unas horas antes al campo para bendecirlo. 

Cuchillo en mano, Oscar Zura irrumpió e increpó a Quevedo, acusándolo de utilizar su cercanía con el gobierno provincial para que los Lencina logren el permiso de Tierras, y sin más le dio dos puñaladas debajo de la axila izquierda. El pastor, tenía una papel importante en el conflicto, ya que a través de su radio de Choele Choel, se refería a la disputa por el campo e incluso utilizaba sus influencias con el gobierno de Río Negro, al que apoyó en diferentes campañas, para favorecer a los Lencina.

Ese fue el comienzo de todo, porque José Lencina sacó una 9 milímetros y Lorenzo un revólver 32, con el que le disparó a Sergio Zura.

Oscar intentó vengar a su hijo y le clavó con furia dos veces el cuchillo en la espalda, y ya con Lorenzo en el piso, le sacó el revólver y le disparó en la cabeza. Entre los dos Zura y Urzagasti lograron reducir a José Lencina, lo maniataron y lo sacaron de la vivienda.

El pastor, gravemente herido intentó refugiarse en una habitación, pero mientras iba arrastrándose y dejando un reguero de sangre, fue visto por Zura padre, quien lo agarró de los pelos y le disparó dos veces en la cara.

En la casa de Loma Blanca quedaron los cuerpos de Lorenzo Lencina y Quevedo, afuera José Lencina maniatado y sin poder moverse. Allí Zura padre amenazó a uno de los changarines para que maneje el auto del pastor, un Ford Ka que había quedado con las llaves puestas, para que lo lleve junto con su hijo Sergio mal herido hasta la tranquera, donde agarró su camioneta Ford Ranger y fueron a toda velocidad hasta el hospital de Choele Choel, donde finalmente murió Sergio.

Gran parte de todo el relato realizado por los fiscales en la formulación de cargos estaba en la memoria del teléfono de Marisa Reyes Franck.